El intendente Jorge Capitanich recorrió este jueves las instalaciones del Centro Municipal de Innovación Tecnológica Ambiental (Intea) que ya se encuentra en funcionamiento. Este proyecto, puesto en marcha a través de la Secretaría de Ambiente, se dedica a la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías que puedan ser aplicadas en el mejoramiento del medio ambiente.
Uno de los puntos destacados de este centro municipal de innovación es fortalecer la cuestión ambiental a través del reciclado eficiente y sustentable de aceites usados de cocina (ACU) y otros residuos urbanos.
Desde la Secretaría de Ambiente apuntaron que esta nueva iniciativa busca contribuir, a través del estudio de alternativas y la implementación de tecnología de punta, a generar posibilidades sustentables que puedan ser aplicadas a la industria del tratamiento y reciclado de residuos urbanos, de manera de generar productos como biogás u otros derivados portadores energéticos como biodiesel, bioalcohol y vapor para usos varios.
Acompañaron al intendente el secretario de Ambiente, Luis Casas; el secretario de Desarrollo Económico, Sebastián Lifton; el ingeniero Nicolás Masdeu; el técnico químico Carlos Belastegui y becarios de la Universidad Tecnológica Nacional.
Planta piloto demostrativa
Este Centro de Investigación pone en marcha como una primera etapa una mini planta piloto diseñada para reciclar aceites de fritura que en la actualidad son descartados por los principales establecimientos gastronómicos de la ciudad de Resistencia.
De acuerdo a la información suministrada por los recolectores de aceites, se estima que se puede recoger aproximadamente 4.000 litros mensuales.
Con el aceite de frituras se pueden obtener varios productos comerciales, como ser biodiesel, aditivos para gasoil, aceite metilado, jabones líquidos, repelentes para mosquitos y otros.
Reciclado para evitar contaminación
El secretario de Ambiente, Luis Casas, explicó que los aceites usados que se vierten en las cloacas o en los basurales contaminan de una u otra forma, causando problemas en las redes de saneamiento y sobre costos en las plantas depuradoras.
Un solo litro de aceite usado que no es reciclado puede contaminar hasta 3.000 litros de agua en algunos casos y mucho más en situaciones especiales.
Además se estima que el enorme gasto que puede ocasionar los aceites vegetales usados resulta hasta 700 veces más caro que el tratamiento que el ciudadano paga por el tratamiento de su agua residual. “Y como aquí todavía no tenemos todavía plantas de tratamiento de efluentes el daño ambiental que se produce cuando no se reciclan los aceites usados es enorme”, señaló el funcionario municipal.
El Centro de Investigación también trabajará e investigará en los efectos que pueden provocar a la salud humana el consumo de aceites recalentados.
“Un sistema ordenado de recolección de aceites de fritura nos permitirá determinar en este centro de Investigación, mediante análisis químicos la cantidad de veces que se re utiliza un aceite de frituras.
“En fin, esto va más allá de reciclar el aceite usado de cocina, también hablamos de preservar la salud de la población mediante el control adecuado de los sistemas de fritura que utilizan los comercios gastronómicos e instruir también a la población en general de los riesgos para la salud que puede provocar el mal uso de los aceite vegetales usados en frituras”, señalaron desde la Secretaría de Ambiente.