Una allegada de Eliana Tapia, dio detalles del macabro suceso que vivió a manos de su pareja, el empresario Raúl Sebastiani y repudia la determinación de la justicia que decidió pasar para febrero la resolución del caso. En el medio, alega que el violento hombre está libre y que la mujer teme que cumpla su «promesa» de matarla.
Del muro de Cecilia Solá
«A Eliana su pareja le rompió los dientes, la arrastró del pelo, la trompeó con el puño envuelto en una toallla para no lastimarse los nudillos y después la encerró en un pasillo de un coqueto departamento de la zona residencial en la que vivían. En ese interín, aprovechó para sacar de la casa a la mujer con la que estaba teniendo relaciones cuando Eliana entró, y que fue testigo de todo. Después volvió, la tiró al suelo, la pateó, le puso un arma en la boca, la desnudó, la violó, la bañó, la vistió y la llevó, semidesvanecida, a la casa de uno de sus amigos (de él, claro) y le dijo «tenemela hasta que se tranquilice» Eliana no se tranquilizó., logró recuperar su celular y llamó a una amiga que la fuera a buscar.
Hizo todo bien Eliana. Fue a la policía. El policía varón, sin conocimientos médicos que la revisó dijo que eran «lesiones leves». El agresor de Eliana estuvo detenido un par de días. Salió. La causa continuó. El tipo jamás declaró. A Eliana la hicieron ir como cuatro veces. Su agresor llegaba protegido por la policía antichoque, porque se sentía amenazado por las mujeres vestidas de negro y con carteles que íbamos a acompañar a Eliana, se ve que si somos más de una y no estamos desnudas y apuntadas con un arma, le damos miedo.
Su abogado defensor (el de él) dijo que blandir un arma y ponerla en la boca de una persona no significa necesariamente que la vaya a matar, y que cuando le dijo «te voy a matar» fue producto de los nervios. Claro, como no se va a poner nervioso si Eliana gritaba «no me mates» «basta» «socorro». Es comprensible que se ponga un poco tenso.
Los alegatos terminaron el lunes pasado. Eliana pensaba que ya podría ser libre. Hace un año que no sale a caminar, a andar en rollers o en bici como hacía antes, no va sola a ningún lado, ni al trabajo. porque tiene miedo de cruzárselo, de que cumpla su promesa y la mate. Y antes, Eliana nunca había tenido miedo.
Pero ahora sí. La sentencia la pasaron para febrero. Total Eliana tiene un botón antipánico. No anda hace más de dos meses el botón antipánico, pero lo tiene che, no jodan, el Estado se ocupa.
La justicia tiene otros tiempos, le dicen a Eliana. Ella está prisionera, su agresor, su casi asesino, está libre, porque «la justicia tiene otros tiempos», especialmente si el acusado tiene plata e influencias, y si la víctima es mujer.
Esto no es un relato. Eliana existe, la conozco. Y a su agresor, casi asesino también.
Se llama RAÚL SEBASTIANI, ES EMPRESARIO, RICO, INFLUYENTE. Y CULPABLE
Cecilia Solá»
