Ocurrió en un local bailable de Palermo (Buenos Aires), donde los patovicas le negaron la entrada a una mujer por «no tener un pelo femenino». La denuncia ya fue radicada en la Defensoría LGBT de la Capital Federal.
«Con el pelo así no puede entrar», le dijo uno de los empleados de seguridad del boliche Jannoy a una amiga de Paula Cáceres, la chica que sufrió la discriminación, mientras ella esperaba en la fila del lugar para ingresar al recinto y festejar un cumpleaños junto a otras personas.
«No puede entrar con esas rastas. Tiene que tener un pelo más normal, más femenino», agregó el patovica en clara actitud discriminatoria.
Ante esta situación, Cáceres decidió acercarse a la Defensoría LGBT de Capital Federal para realizar la correspondiente denuncia. Sobre esta acción, la joven de 22 años dijo: «No es que me crea la gran víctima, pero hay que ponerles un freno y que estas cosas no sigan pasando».
Sobre lo sucedido esa noche, la mujer brindó más detalles y dijo: «Yo me bloqueé. No pude decir nada. No quería que se armara quilombo porque sentía que estaba generando un obstáculo para mis amigos. Me sentía excluida por ser distinta. Sentía que ya había cumplido mi obligación de género por ir vestida como te suelen exigir en esos lugares, pero el pelo no me lo puedo cambiar. Si estoy rapada. ¿Qué voy a hacer? ¿Salir de peluca?. «Es algo que es muy común que pase, pero no por eso deberíamos naturalizarlo», explicó.