El agua quizás sea nuestro gran debate. Es una sed que arrastra décadas y promesas incumplidas. El agua es el debate que vuelve a atravesarnos. Nos divide. Pero esta vez vamos a convertirlo en nuestra bandera, y a pesar de algunos intentos por atrasarnos, vamos a llegar juntos a la meta.
Esa meta es el Segundo Acueducto. Sin esa obra finalizada seguimos en menos cero. El acueducto es el punto de partida, desde allí sí podremos empezar a luchar en el mundo. Nos va a poner en iguales condiciones. A eso apuntamos.
El agua tiene otros capítulos recientes. Leí que el señor Defensor del Pueblo adjunto salió públicamente a pedir a usuarios de SAMEEP que no paguen el servicio si en las facturas los sorprendía un aumento superior al 100 por ciento. ¿Es ese su rol? ¿Incitar a que la gente no pague, o buscar que todos obtengamos verdades sobre el aumento del agua?
¿Vamos a solucionar el problema no pagando? ¿Será que después las multas, el restablecimiento de los servicios y los intereses no los pagará nadie tampoco? Queda muy bien decir que no paguemos, ¿quedará bien cuándo a los usuarios les corten el agua? ¿No será mejor informar a los chaqueños, prevenirlos, esperar a que la Justicia sea la que defina medidas extremas?
Y por supuesto que lo que pagamos por el agua es también parte de este debate. Fue un año difícil, y el del agua es uno de los tantos aumentos que se dieron. Pero hay algunas preguntas: ¿Qué se informó en audiencia pública? ¿Cuáles son los argumentos de este aumento?
¿El aumento del agua se explica por la ficción de las tarifas en los últimos años, como ocurre con la energía? ¿Es consecuencia de un mal uso de los recursos? Queremos saber, claro.
26 localidades, entre ciudades, pueblos y parajes, sigue esperando el agua. Estamos trabajando para cerrar el año con esa promesa, vieja y gritada por tantas voces, más cerca de nuestros hermanos.
Luis Obeid.