Un estudio de la Universidad McGill, Canadá, reveló que las mujeres que tienen relaciones íntimas en forma regular reflejan un aumento en una función cognitiva. Cuál es y por qué se produce el efecto.
Científicos de la Universidad McGill, Canadá, decidieron indagar en la posible causalidad entre mantener relaciones sexuales regulares y una mayor neurogénesis -o crecimiento del tejido nervioso- en el hipocampo; una de las zonas clave del cerebro. Para ello, reclutaron a 78 mujeres heterosexuales de entre 18 y 30 años que, en primer lugar, debieron contestar una encuesta vinculada a su comportamiento sexual. Luego, se sometieron a pruebas cognitivas, en las que debían memorizar rostros y palabras sueltas que se les presentaban.
Los resultados, publicados en la revista Archives of Sexual Behavior, demostraron que las relaciones heterosexuales en mujeres adultas jóvenes pueden tener un efecto positivo en la memoria. Los investigadores, después de analizar las pruebas, concluyeron que hubo mayor porcentaje de acierto en las mujeres con más alta frecuencia sexual en el test de las palabras, pero no así en el de las caras. «Podemos interpretar este resultado como un signo de que la relación entre la frecuencia de la relación sexual y la sensibilidad abstracta de la palabra está realmente asociada con una función de memoria dependiente del hipocampo», escribieron los autores del informe. Sin embargo, sugirieron que la capacidad de retener rostros puede estar dentro de las estructuras circundantes del centro de memoria y, por lo tanto, no afectadas.
A su vez, los investigadores resaltaron que no influyó en los resultados finales el estado de la relación de la mujer. «Las solteras que señalaron una alta frecuencia de sexo demostraron mayores puntuaciones de memoria que aquellas mujeres que declararon no tener relaciones sexuales o tener una baja frecuencia», sostuvieron.
¿Cómo se explica que el sexo promueva una memoria más eficiente?
El equipo de investigación, con la profesora de psicología Jenns Pruessner a la cabeza, brindó tres razones. Por un lado, las relaciones sexuales funcionan como un ejercicio y numerosos estudios demostraron que la actividad física aumenta los niveles cognitivos. Por otro, el sexo suele ayudar a revertir estados depresivos y de estrés, los cuales perjudican a la memoria.
Aunque una de las posibilidades que el estudio enfatiza es la de la función de «recompensa» del sexo. «Los productos químicos implicados en la recompensa de señalización de las hormonas cerebrales y neurotransmisores demostraron estar asociados con la memoria y la actividad sexual. Se puede especular que ambos están asociados con la recompensa», explicó Pruessner.