En Rosario, la Lepra vapuleó 6-1 al Santo, en el retiro de Diego Mateo. Los hinchas celebraron la derrota de Central y arrojaron una gallina muerta al campo de juego.
Newell’s Old Boys tuvo una noche de fiesta, porque goleó 6-1 a San Martín en su mejor partido, terminó el año como escolta de Boca Juniors, se retiró Diego Mateo, y en las tribunas hubo celebración por la caída de Rosario Central en la final de la Copa Argentina ante River, con mucha pirotecnia lanzada desde dentro y fuera del estadio Marcelo Bielsa.
Cuando a los 21 minutos ya estaba congelado el marcador, comenzó la vibración en el Coloso con fuegos artificiales lanzados desde el exterior pero también mucho petardo y pirotecnia desde dentro del estadio que podría determinar una sanción al club.
Maxi Rodríguez dejó su sello a los 50 minutos cuando tras una traba ganadora de Formica, el ídolo rojinegro arrastró a rivales de izquierda a derecha y definió al primer palo de Ardente.
Maxi se lastimó en la zona costal en el festejo y a los 6 minutos ya salió reemplazado por Víctor Figueroa, que a los 14 hizo el segundo, al convertir con un disparo fuerte a ras luego de una pared de Quignon y Scocco.
Iban 20 cuando Formica se jugó con Scocco, cuyo remate pegó en el palo y Paulo Aguilar, metió la pelota en el arco cuando quiso despejar.
También hubo lugar al mal gusto porque desde una tribuna tiraron una gallina muerta con una tela con los colores de Central.
El equipo sanjuanino solo llegó con un remate de Sagarsazu que Pocrnjic tapó con una volada.
En el segundo tiempo lo tuvo Scocco pero lo perdió y a los 6 Mateo convirtió de cabeza un centro desde la derecha.
Dos minutos después Osella sacó a Mateo, quien se abrazó con sus compañeros y saludó al público, anunciándose por los parlantes que el rubio volante dejaba el fútbol.
En cuatro minutos hubo tres goles, porque primero descontó Marcos Gelabert al tomar un rechazo, luego Quignon que tuvo mucha facilidad para combinar juego con sus compañeros, se asoció con Formica y el ex River y San Lorenzo sacó un remate que pegó en el palo, luego en Ardente y se metió para el 5-1.
Quedaba el gol de Scocco con una definición de emboquillada ante la salida del arquero.
A los 21 minutos el árbitro Ramiro López paró el partido por la cantidad de petardos y fuegos artificiales lanzados des dentro y fuera del estadio, con lo cual el club podría recibir alguna sanción.
Mientras, dentro los hinchas cantaban “La fiesta esta en el Parque, el dolor es de Central”.
Tras seis minutos, el árbitro retomó el partido. Ya no hubo más goles ni pirotecnia aunque la fiesta siguió en las tribunas.
Fuente: DyN