Se trata de Find my phone, un atrapante cortometraje documental dirigido por un joven holandés estudiante de cine.
Que le robaran el iPhone en una cafetería en Amsterdam fue el puntapié inicial para que Anthony van der Meer, un joven holandés estudiante de cine, hiciera un documental que hoy está en casi todos los sitios de noticias.
Obviamente, nunca recuperó su iPhone robado (la policía holandesa recibe unas 300 denuncias de celulares robados por semana y raramente se recuperan), así que Anthony fue y compro uno con sistema operativo Android.
Pero no para utilizarlo, sino para instalarle un sofware espía imposible de eliminar ni siquiera con un reseteo del equipo con un solo objetivo: rastrearlo, tomar fotos y grabar audio y videos de manera remota de la vida cotidiana del futuro ladrón.
El software instalado existe. Es una app antirrobo llamada Cerberus y brinda acceso completo al aparato desde una computadora. Es decir que cualquier cosa que hiciera el ladrón o quien fuera que tuviera su smartphone, Van der Meer podría registrarlo, siempre y cuando el aparato estuviese conectado a una red de datos o a Wi-fi.
Así que, una vez cargado, solamente había que conseguir que le robaran el nuevo teléfono. Cosa que sucedió, o no estaríamos hablando del material que resultó de la experiencia.
Find my Phone, el corto documental de poco más de 20 minutos, es atrapante y perturbador en muchos sentidos. Por ejemplo, podemos reflexionar tanto sobre la vida de un ladrón vista a través de la tecnología, pero también sobre el poder de ese aparatito que tenemos en el bolsillo, que registra nuestros movimientos y -potencialmente- es accesible para terceros de manera remota.
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