Con dos propuestas artísticas por la tarde y noche, la danza fue protagonista la jornada del domingo en la sala del Complejo Cultural Guido Miranda.
En primer lugar por la tarde el Instituto de Danzas de María Teresa Porfirio presentó la segunda gala anual junto a la obra Coppelia; mientras que por la noche la Escuela de Danzas Skots Gym, de las Hermanas Débora y Lilian Godoy, presentó la obra Un cuento de navidad, como parte del Ciclo Metropolitano de danzas.
En primera instancia desde las 17 el Instituto María Teresa Porfirio presentó la segunda gala anual con el estreno de las obras tiempo de vals, basadas en los más hermosos valses de Disney adaptados a los distintos niveles de la escuela de ballet en el cual se pudieron apreciar gran despliegue coreográfico y rememorar momentos de las distintas películas de Disney como la bella durmiente, vals del castillo de cenicienta, tiempo de vals, danubio azul, vals de la bella y la bestia entre otros.
Como segunda parte del espectáculo subió a escena fragmentos de Coppelia (obra de repertorio clásico) con música de Leo Delibes, coreografía de Petipa, y reposición coreográfica de María Teresa Porfirio, libreto de Nuitter basado en el cuento Der Sardmann (el hombre de arena) de Hoffmann.
Los vestuarios con gran colorido y de primera calidad fueron confeccionados por grand jette “diseño y confección”, la iluminación estuvo a cargo de José Liqui Morel; la producción y dirección general del espectáculo pertenecieron a María Teresa Porfirio
Por la noche minutos después de las 21 horas la Escuela de Danzas Skots Gym, de las Hermanas Débora y Lilian Godoy, presentó la obra Un cuento de navidad, como parte del Ciclo Metropolitano de danzas.
La producción fue de la profesora Débora B. Godoy y la dirección de Débora y Lilian Godoy, las coreografías de los profesores Leda Pared, Vivian Montiel, Verónica Saya, Daiana Ortiz, Ana Moro Schipani, Lara Hernández, Ayelén Fernández, Luana Wufuting, Facundo Cano, Natalia Canteros, Lilián Godoy, Débora Godoy. Musicalización: Walter Godoy. Proyección: Mateo Pared. Filmación: Marcelo Ojeda. Vestuario: Susana Rodríguez.
LA OBRA
Un hombre de avanzada edad, de carácter amargado, pero a su vez con una tristeza en el alma, no creía en la navidad.
Ya hacía 4 años de una Noche trágica, donde su hija y su yerno, habían sufrido un accidente, antes de llegar a su casa, donde pasarían la navidad en familia, donde la única sobreviviente fue su nieta, Saira, que con tan solo 3 años quedo a su cargo… ella creció junto con la amargura de su abuelo.
Pero la inocencia de la pequeña, al ver a sus amiguitas festejar la navidad, despertó su Deseo de hacerlo junto con su abuelo. Ella misma hizo hermosos adornos con cartulinas y accesorios.
El solo la observaba, rezongaba cuando la veía tan contenta.
Saira feliz, mientras cantaba y bailaba decoraba los rincones de la casa, ella lo llamaba a cada rato, para que la ayude, él se negaba rotundamente.
En un descuido de él, ella se subió a una mesa, y en un suspiro trastabillo y cayó, el no pudo hacer nada para sostenerla… un gran silencio petrifico la casa, su corazón palpita a mil por horas, la pequeña yacía inconsciente en el piso.
En minutos se oyó la sirena de la ambulancia.
“Ella entró en coma… un milagro podrá salvarla….solo queda pedirle a Dios por ella. Él se duerme junto a ella, y entra en un mundo de Fantasía, donde inicia la búsqueda de todo lo que necesita para regalarle a su nieta la Mejor Navidad.
De repente se encuentra en medio de la Nieve caminando sin sentido…donde tropieza con un Simpático y Gigantesco muñeco de nieve, quien lo guía como seguir el camino hasta el Polo Norte.