Las ventas de los smartwatches no para de bajar y sus usuarios sostienen que se debe a que no sirve para nada.El portal especializado Guizmodo en español se anima incluso a anunciar que la “muerte” del producto está muy cerca.
La inevitable muerte del smartwatch está marcada en los números actualmente. A finales de 2015 la firma especializada en análisis y estadísticas, IDC, anunció que las ventas de los smartwatches no habían hecho más que mejorar desde la salida del Pebble en 2012. IDC también estimó que 2016 vería un salto muy alto en las ventas de este producto en comparación con 2015, lo que terminaría con la muerte de los “wearables” como los brazaletes deportivos y el reinado de estos relojes inteligentes en este segmento. No sucedió, ha sido el mercado de smartwatches el que se ha ido en picado.
Un reporte más reciente de IDC asegura que el Apple Watch, que es el producto más popular de su tipo, sufrió una caída del 71.3% en ventas en comparación con 2015. Las ventas en general de este mercado cayeron un 51.6%.
La sentencia de muerte del smartwatch que más ha sonado en los últimos días fue cuando Pebble anunció que había sido vendida junto con todos sus recursos a Fitbit y que esta compañía no seguiría fabricando sus smartwatches. Aunque ambas hacían wearables para la muñeca, los productos de Pebble y Fitbit son muy diferentes. El enfoque de la última siempre ha estado en el deporte. Aunque Fitbit compró la tecnología de Pebble no hay ningún plan anunciado sobre si seguirán vendiendo o no sus productos, lo más seguro es que no será así.
Lo que los clientes quieren
La clave para solucionar sus problemas de uso es que los fabricantes encuentren la fórmula para mejorar la experiencia, tiene que ser divertido usarlos, no un fastidio.
Hasta que eso suceda los smartwatches no serán más que otro dispositivo triste que quedó olvidado bajo los cojines del sofá tras una semana de uso.
Fuente: Alex Cranz (GUIZMODO en español).