El secretario General de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE Chaco), Mario Bustamante, aseguró que el 2016 será recordado como un año trágico en la historia de la clase trabajadora. La doctrina neoliberal implementada por el gobierno de Mauricio Macri y replicada en todo el país, por gobiernos provinciales y municipales, dejó un saldo de más 260 mil trabajadores despedidos en todo el país.
“El 2016 arrancó con una ola de despedidos masivos bajo una fuerte campaña de desprestigio hacia los trabajadores en general y los estatales en particular que fueron acusados de ñoquis y grasa militante, para reemplazar a miles de profesionales y técnicos con amplia carrera y trayectoria que percibían sueldos promedio por militantes del Pro con sueldos jerárquicos”, señaló.
De esta manera, comenzó la implementación del neoliberalismo en el país, que se fue consolidando a través de los meses para lograr el objetivo de achicar el Estado y liberar el control Estatal a las corporaciones y multinacionales en detrimento de la clase trabajadora que pagó con ajuste las bondades hacia las familias más afortunadas del país.
“Dejaron el control estatal en manos de empresarios para favorecer a unas seis mil familias más ricas del país que se enriquecieron aún más a costa de retirar políticas de Salud, Educación, Ciencia y Tecnología y la asistencia social hacia los más vulnerables, todos estos son derechos fundamentales que garantizaban los trabajadores despedidos”, indicó.
No obstante, los recientes cambios en el Ministerio de Hacienda, con el nuevo ministro Nicolás Dujovne, economista co-conductor de TN, son un indicio de la profundización del modelo que se espera para 2017. Dujovne expresó públicamente que en el Estado sobran un millón de empleados públicos.
“El nuevo equipo económico es la ortodoxia liberal. El año que viene será la profundización de las medidas de ajuste, con una pauta salarial muy por debajo de la inflación, porque justamente lo que se pretende es desarmar a la clase trabajadora, quitarle dignidad y derechos, correrla del escenario, restarle proyectos y protagonismo”, manifestó.
Este atropello a los trabajadores fue posible debido a la precarización laboral que niega todos los derechos a los trabajadores. “La precarización facilitó la tarea y los objetivos del primer año de Macri: el ajuste es para los trabajadores, el crecimiento, para los ricos», resaltó.
Ante este escenario, la respuesta sindical estuvo en la calle, con protestas y medidas de fuerza de acción directa, una lucha colectiva en todos y cada uno de los organismos afectados por estas medidas. En la provincia, los más afectados fueron los que desarrollan los trabajos en territorio para garantizar los derechos y servicios estatales a los más vulnerables: la Secretaría de Agricultura Familiar, Renatea, los programa Camiones Sanitarios, Salud Mental, Promeba, así como los trabajadores provinciales de Salud y Cultura.
«Salimos a la calle a combatir cara a cara el embate del neoliberalismo que está viviendo la Argentina y seguiremos con la frente bien alta enfrentando al enemigo, con una patronal que nos oprime y nos reprime, y con un Poder Judicial parcial a favor del Gobierno y los intereses corporativos», advirtió.
En ese sentido apeló a la intervención de los organismos internacionales para frenar la orientación nefasta que el gobierno nacional le está dando al Poder Judicial, que mostró su peor rostro en el caso de la dirigente Milagros Sala, y detuvo y procesó a más de cinco mil compañeros ATE y otras organizaciones que luchan.
«PEPPO NO NOS RECIBIÓ EN TODO EL AÑO PORQUE SOMOS UN SINDICATO QUE NO VENDE A LOS TRABAJADORES»
En el ámbito provincial, la situación no fue mucho mejor que en el plano nacional: la precarización, persecución y violencia laboral fue creciendo en diversas áreas del gobierno. La tercerización de los servicios públicos, cuya finalidad es la privatización y achicamiento del Estado también se expandió en diversos organismos públicos.
Por ello, durante todo el año se luchó fuertemente por el pase a planta de los trabajadores precarizados, la reglamentación de las paritarias y de la carrera sanitaria, la Ley del Trabajador de Cultura, y el pago de las correspondientes bonificaciones. Lucha que estuvo obstaculizada por permanentes prácticas desleales por parte de los funcionarios públicos que pretendían desautorizar a la entidad sindical. Tal es el caso de Secheep por ejemplo, cuyo directorio impidió durante todo el año la organización de los trabajadores afiliados a ATE, lo que nos condujo a denunciar penalmente a su presidente.
“También se recrudecieron conflictos como en la Subsecretaría de Energía, donde hace años venimos reclamando por las condiciones mínimas laborales y de seguridad para los trabajadores. Y graves situaciones de violencia laboral, como en el caso de la Defensoría del Pueblo, donde se persiguió y amenazó sistemáticamente a trabajadoras”, remarcó el secretario General.
«No somos convocados por el gobierno provincial justamente por nuestro perfil combativo, porque no nos vendemos, para ATE la dignidad de los trabajadores no tiene precio, como en otros sindicatos. Seguiremos intentando el diálogo con el gobernador Domingo Peppo, que asegura que está abierto con los sindicatos pero no nos ha recibido en todo el año a pesar de los reiterados de pedidos formales de audiencia», explicó.
ATE SIGUE CRECIENDO
Este año el sindicato a nivel provincial pasó de 2.350 afiliaciones a más de 3.130 sumando sectores y municipios. «Esto es producto de la fuerte presencia y resistencia de ATE frente al avance del neoliberalismo. Se ha tomado como referente al sindicato y esto nos pone en un lugar de mayor compromiso, consolidación de una organización fuerte que esté a la altura de las circunstancias históricas», remarcó Bustamante. Y agregó que “para el 2017 nos quedan temas clave que debemos seguir motorizando fuertemente, como el salario mínimo para los municipales y la Ley de Paritarias Municipal”.
El año próximo se continuará por la misma senda: la formación de los delegados, el vínculo directo con los afiliados y las afiliadas, una clara definición política de igualdad de género y lucha contra la violencia de género y el empoderamiento de los trabajadores y trabajadoras para hacer frente a un año difícil en el que se profundizarán las medidas de ajuste y achicamiento estatal. Y como siempre, priorizar a los afiliados frente a los intereses particulares de alguna que otra agrupación que atraviesa al sindicato.
«Que el 2017 nos encuentre con la fortaleza, el temple y el convencimiento de que el camino de la lucha es el correcto y nuestra responsabilidad es defender a los trabajadores y trabajadoras», concluyó Bustamante.