El escritor tenía 75 años y dejó como legado más de 20 libros de su autoría. También será recordado por sus relatos de terror con una peculiar manera de contarlos. Sus restos comenzaron a ser despedidos ayer y las acciones continúan hoy en la Sala Cortázar de la Biblioteca Nacional.
Laiseca seguramente quedará marcado a fuego en la memoria de muchos lectores argentinos y del mundo. También fue un hombre que le puso voz a sus escritos y a los escritos de otros, con sus famosos y reconocidos relatos de tinte dramático, terrorífico y fantástico, que le valió ser el inventor de lo que se conoce como «realismo delirante» en la literatura nacional.
Entre sus más de 20 resalta la novela «Los Sorias», aunque también se desempeño como tallerista y logró ser la influencia de muchos escritores de la actualidad.
Laiseca nació en Rosario el 11 de febrero de 1941 y se crió en Camilo Aldao, un lugar en medio de Córdoba y Santa Fe, donde lo nombraron Ciudadano Ilustre en 2010.
Ese lugar lo marcó profundamente por dos hechos fundamentales: fue la zona donde comenzó a imaginar historias y donde experimentó una tormentosa relación con su padre. «La cabeza de mi padre», uno de sus relatos de terror, da cuenta de esa experiencia, ya que fue abandonado por su progenitor a temprana edad.