Especialistas aportaron datos científicos sobre el protagonista de una de las leyendas más conocidas a nivel mundial. Revelaron que siempre se trató de animales comunes y corrientes, pero que deformaron su apariencia por distintos motivos.
El chupacabras es una de los criaturas más conocidas del mundo paranormal americano y también alrededor del globo. Hasta se han hecho películas e inclusive todo un capítulo fue dedicado al mismo en la clásica serie Expedientes Secretos X. Pero ¿se trata verdaderamente de un monstruo?. La ciencia sostiene que no, y aportó datos recientes sobre el tema.
Benjamin Radford, del Comité para la Investigación Escéptica de Estados Unidos, realizó una investigación de cinco años recolectando testimonios y llevando a cabo distintas pruebas en laboratorio para despejar dudas sobre la criatura.
«La primera persona que vio al chupacabras fue Madeylen Tolentino, de Canóvanas, este de Puerto Rico, en 1995», afirmó el investigador a la BBC.
En ese sentido, y luego de recabar más datos entre los pobladores de zonas rurales de México y el sur de Estados Unidos, Radford expresó: «Al principio era escéptico sobre la existencia de la criatura. Al mismo tiempo estaba consciente de la posibilidad de descubrir un nuevo animal. No quería ridiculizar el caso o descartarlo. Si el chupacabras era real, quería encontrarlo«.
El investigador siguió con su trabajo y llegó el momento de realizar las pruebas de ADN sobre los restos biológicos que se encontraron en distintos puntos geográficos. El resultado fue que se trataban de animales como coyotes o perros que sufrieron enfermedades degenerativas, o plagas como ácaros que provocaron deterioro en la piel y el pelaje de los canes. «Inclusive descubrimos que uno de los restos correspondía a una especie de pescado», reveló.
«El motivo por los que estos animales fueron identificados como chupacabras fue porque perdieron el pelo. Tenían sarna sarcóptica causada por ácaros, lo cual es muy común», agregó Radford.
Quien sustentó lo investigado fue Allison Diesel, profesora de la Universidad de Texas A&M y experta en enfermedades de la piel.
«Esta enfermedad puede ser lo suficientemente espantosa como para hacer lucir a cualquier animal como un monstruo», destacó.
Asimismo, reconoció que «los perros sarnosos son casi calvos, con partes de la piel roja o casi negra, y muy gruesa», y añadió que «si a eso le sumas heridas que el animal se realiza cuando se rasca, terminas con un buen prospecto de chupacabras».
En lo que respecta a las víctimas que se le acusan al chupacabras, los investigadores coincidieron en las mismas aparecieron en lugares comunes donde habitan depredadores, y que los mismos tienen como método habitual para reducir a sus presas el ataque en el cuello o áreas sensibles del cuerpo de los animales.
