La niña le contó que veía y escuchaba cosas raras mientras jugaba. Él decidió comprobarlo instalando una cámara de seguridad en la casa.
La pequeña siempre le contaba que «alguien» la molestaba mientras jugaba en su casa. Él no le creía, pensaba que era algún amigo imaginario hasta que finalmente accedió a comprobarlo con sus propios ojos.
El padre instaló cámaras de seguridad en la casa y se dedicó a revisarlas hasta que vio lo imposible. Una muñeca que se mueve, hojas que vuelan dentro de un cuarto donde no circula viento son sólo algunos de los hechos paranormales que atormentaban a la niña. Es cuestión de creer o reventar.