El flamante ministro de Hacienda comienza este lunes su tarea, pero jurará cuando Macri vuelva de vacaciones.
Si bien aún faltan unos días para la jura y asunción formal, en lo concreto este lunes comienza la gestión del nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien descartó la posibilidad de ajuste, pero adelantó que hará foco en bajar el déficit fiscal.
El economista llega al gabinete de Cambiemos tras la sorpresiva salida de Alfonso-Prat Gay, decidida por el propio Mauricio Macri. “Le pedí la renuncia porque no se sentía cómodo con la organización que planteamos», explicó el Presidente, quien además, dividió la cartera y ascendió a Luis Caputo de secretario a ministro de Finanzas.
Ambos entrarán en funciones a partir de la publicación de su designación en el Boletín Oficial, prevista para hoy, pero el juramento oficial se postergará hasta la vuelta de Macri de su descanso en Villa La Angostura, programado para el lunes que viene.
Dujovne se encontraba en Punta del Este con su familia cuando se enteró que era el elegido para hacerse cargo del destino económico del País. Rápidamente voló a Buenos Aires, para dar su primera conferencia de prensa, el viernes, junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y Caputo. Luego volvió a descansar a Uruguay.
En su presentación en sociedad, prometió que va a “empezar a mirar muy finito cómo se está gastando» y aseguró que lo que pretende y ha “acordado con el equipo de trabajo que funciona bajo la órbita del Presidente” es «disminuir el déficit fiscal de 4,2% pautado» en el Presupuesto 2017. Justo en el año electoral.
“Quiero avanzar en esa dirección y hacer un gasto mucho más eficiente y contribuir con todo lo que podamos desde Hacienda para bajar los costos que impiden que la Argentina duplique su producción exportable hacia el mundo”, indicó.
Según detalló, esa meta fiscal podría lograrse “producto del excelente resultado» que se obtuvo con el blanqueo de capitales (ver página 8). A raíz de esa medida, indicó, “es probable que se tenga una mejora en los ingresos, superior a la que se tenía presupuestada”.
Pero también se espera de él un rol comunicador. Que además de estar concentrado en las cifras económicas, transmita el rumbo que tomará la Argentina de cara a lo que viene, uno de los puntos más criticados del Gobierno. En otras palabras, desde la Casa Rosada esperan que oficie como un vocero de “buenas nuevas”, que lleve credibilidad a la sociedad. Y eso es lo que desde el inicio intentará hacer Dujovne.
El fin de semana, Marcos Peña salió a engrosar ambas posturas: descartar el fantasma del ajuste y difundir buena onda. En declaraciones radiales, pronosticó un «muy buen 2017» para la economía nacional y negó que Dujovne fuera a aplicar un recorte.
«Nosotros creemos que va a ser un muy buen 2017; un 2017 donde se van a recoger los frutos de un año de siembra y de trabajo duro, de sinceramiento y de transición de una economía que venía en una situación muy complicada de estancamiento desde hace muchos años, y todos los indicadores más importantes son auspiciosos», declaró el jefe de Gabinete.
Para tener un arranque libre de incompatibilidades, Dujovne, en tiempo récord, se libró de los compromisos laborales que tenía: cerró su consultora (Dujovne & Asociados), renunció al programa «Odisea Argentina» que co-conducía en TN con Carlos Pagni y como columnista al diario La Nación y se desvinculó del Senado, donde era asesor del bloque radical y del senador Luis Naidenoff.