Chaco: denuncian saqueo de tierras fiscales en El Impenetrable

Interior

El caso fue expuesto por el Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela, e involucra a una persona identificada como Arnaldo Gaspar Besga, quien adquirió un total de 1658 hectáreas otorgadas por el Instituto de Colonización.

La venta de tierras fiscales de manera irregular es un tema sensible en el Chaco, y algo que a muchos le hace ruido hace tiempo. Recientemente, el Centro Mandela difundió un informe sobre dicha cuestión en el Departamento Güemes, donde un particular llamado Arnaldo Gaspar Besga se hizo dueño de numerosas hectáreas y la operación fue oficializada por el Instituto de Colonización en el año 1995.

«La mensura y subdivisión, cuya confección se exige antes de que Colonización  otorgue el título de propiedad  a cualquier adjudicatario, fue realizada por el agrimensor Manuel Rodeff y aprobada por la Dirección de Catastro el 5 de diciembre de 1989. Luego de que Colonización le entregara el título de propiedad a Arnaldo Gaspar Besga, que se produjo el 27 de noviembre de 1995, aquel  ingeniero le compró la ex tierra fiscal el 9 de enero de 1996, o sea 43 días después  de que Besga fuera declarado titular de dominio  del predio rural que fuera público. Estos datos registrados son contundentes y ponen en evidencia la matriz histórica de ventas irregulares de tierras fiscales y de los montes allí existentes, dañándose el interés público, aunque fueran o parezcan operaciones que sean legales» relata el documento que publicó el Centro de investigación.

A continuación exponemos el resto del informe que llevaron a cabo los investigadores del Centro de Estudios e Investigación Social Nelson Mandela.

Operaciones de blanqueo de plata negra

Muchas fueron las operaciones de blanqueo que entornaron las ventas de las tierras que originariamente fueron fiscales, que fueron cambiando de propietario con mucha frecuencia y a cortos plazos a través de operaciones inmobiliarias que prácticamente no se entendían que fueron realizados a precios inexplicables porque  eran exagerados y exorbitantes. Además del lavado de dinero, el tráfico inmobiliaria  alentaba la expansión del mercado de las hipotecas truchas,  en cuyo escenario se tomaban grandes préstamos bancarios que luego no se pagaron y que desembocaban en la subasta  de los inmuebles que no tenían los valores declarados para respaldar los préstamos otorgados.

El caso Besga podría inscribirse en el escenarios de operaciones sospechosas porque Manuel Rudeff luego vendió el mismo predio fiscal a la inmobiliaria  “Rumbo Norte S.A.”, cuya casa central estaba en Gálvez, Santa Fe, por 224.999 pesos. Esta inmobiliaria concentró más de 100 mil hectáreas, solamente en El Impenetrable. La compra venta y el fideicomiso se realizó a través de la Escritura Nº 91, del 23 de octubre de 2002, siendo el beneficiario Benjamín Mario Lifsitz, formándose una propiedad fiduciaria. Después entró a operar un jugador importante, que fue el Banco de Galicia y Buenos Aires S.A., a través de la sucursal de Santa Fe.  La operación de transferencia de dominio fiduciario fue efectuado a través de la Escritura Nº 354/06, del 06 de octubre de 2005, por el monto de 1.100.000 dólares, equivalentes a 3.215.300 pesos. El fiduciante fue “Rumbo Norte S.A.”. Finalmente, la circulación de la ex tierra fiscal terminó en mano de René Secundino Vicentín, quién compró el predio a través de la Escritura Nº 495/28, pagando la suma de 634.075 dólares el 28 de septiembre de 2007. Todos estos datos figuran en el Folio Real 5874 del Registro de la Propiedad Inmueble de Chaco.

Historia repetida: desalojos

Una vez que René Secundino Vicentín compró la ex tierra fiscal de 1658 hectáreas comenzó con sus acciones para desalojar a los históricos ocupantes de esas tierras, uno de los cuales –el más antiguo- ha sido el ya fallecido Alberto Rodríguez y su compañera Sandra Virginia Lastero, quienes tuvieron muchos hijos. Se efectuaron varias denuncias penales cruzadas. Vicentín inició un juicio de desalojo en el juzgado de la ciudad de J.J. Castelli. Tomaron intervención en los trámites judiciales el Instituto de Colonización y la Dirección Provincial de Defensa de la Democracia  y el Ciudadano, a propósito de los reclamos efectuados por Sandra Virginia Lastero y Mártires Rodríguez.

Mientras tanto, Vicentín presentaba  una cesión de derechos que atribuyó a Lastero, quién  negaba haber firmado tal convenio, en el que figuraba que Vicentín le pagó 50.000 dólares para que Lastero le cediera y vendiera todos sus derechos de posesión del campo. Se efectuaron constataciones y allanamientos en el campo, hasta que finalmente Lastero fue condenada a desocupar el predio rural, que quedó en manos de Vicentín, quién explota el predio. En el área se produjeron grandes desmontes, especialmente  en cercanías del Paraje “El Paredón”, ubicado al norte de Miraflores, a 20 kilómetros de la Picada 82. Es el punto más conocido porque en el cruce de las dos picadas allí existentes se levantó un enorme mural con la leyenda “Naturaleza Tierra Argentina”.  En la zona se cultiva soja transgénica desde hace cinco campañas agrícolas a pesar de que está prohibido hacer agricultura en esa región porque –según el mapa de zonificación vinculado con la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección del Monte (26.331)- el área fue categorizada como Zona Amarilla. En todos estos años los gobiernos miraron para otro lado mientras rompen el frágil  equilibrio ambiental del lugar.

Historial de saqueos

A lo largo y a lo ancho del territorio chaqueño, desde su provincialización en el año  1951, una de las matrices de la histórica depredación del ecosistema pasó por el saqueo de las tierras fiscales, de sus recursos naturales y de la expulsión de la familia campesina.  Las claves del deterioro ambiental y social fueron las explotaciones forestales para sacar madera y los desmontes que se produjeron y que se ejecutan  con la finalidad de habilitar chacras para la antigua producción algodonera y ahora, fundamentalmente, para ampliar la frontera agrícola destinada al cultivo de la soja transgénica.

Para lograr estos objetivos  las maniobras y los fraudes fueron repitiéndose. La matriz de explotación de los suelos y de los recursos naturales ha sido y es el mismo dado que  gran parte de su actividad económica es la agrícola. Actualmente es extraordinaria la concentración de tierras en manos de grandes sojeros, lo que ha generado un modelo productivo altamente excluyente, seguido de la expulsión de las familias campesinas que eran minifundistas, pequeños y medianos productores algodoneros, que en la práctica están en vía de extinción como consecuencia de la destrucción de la cadena de valor  agrícola-industrial de lo que antiguamente se llamó el “oro blanco”.