A pesar de no existir cifras oficiales dentro del gobierno provincial, el subsecretario de Seguridad, Guillermo Weyler, había admitido públicamente que aumentaron los hechos de inseguridad y apuntó casi exclusivamente al accionar de los “motochorros”.
En un año electoral en el que el gobernador de la provincia, Ricardo Colombi, busca a quien lo suceda en el “Sillón de Ferré”, con rapidez lo silenciaron al ex comisario investigador y su ministro superior Horacio Ortega buscó calmar los ánimos al negar un crecimiento delictivo.
La lógica indica que si es verdad que no aumentaron los robos, habría que consultar las estadísticas (¿?). En los hechos no hay datos comparativos, o al menos la prensa no tiene acceso y están guardados bajo 7 llaves. Un interrogante sin respuesta.
En un rápido pantallazo en retrospectiva se pueden mencionar los casos más recientes que se conocieron públicamente. Existen otros (dicen que son muchos) que quedan archivados bajo una parva de papeles.
Se podría mencionar a la intendenta de Perugorría, Angelina Lesieux, quien denunció que el 19 de enero pasado la atacaron a balazos y la amenazaron cuando iba en auto por avenida Armenia (y calle 19 de Mayo) donde le robaron la cartera con dinero y otras pertenencias.
Radicó la denuncia en la Comisaría 11ª, pero hasta el momento nada se sabe.
Unos días antes -14 de enero- en la esquina de La Rioja e Hipólito Yrigoyen dos motochorros le arrebataron la cartera a una mujer. Fue a sólo una cuadra de la peatonal Junín.
Debe mencionarse que a menos de 100 metros habían roto la puerta de blindex de una tienda de ropa llamada “Blair”, llevándose varias prendas. La propietaria, Cecilia Roch, se había mostrado sorprendida porque a menudo se ve a uniformados haciendo recorridas.
Se viralizó también en las redes sociales un ataque de “motochorros” en la Ruta Provincial Nº 5, cerca de un hipermercado, a menos de 100 metros de la Rotonda de la Virgen. Eran dos sujetos que persiguieron a un vehículo que al frenar en el semáforo fue abordado por un malhechor, que rompió la luneta trasera, manoteó un bolso y escapó sin prisa.
De los atacantes en todos los casos mencionados hasta ahora nada se sabe.
Como éstos, son muchos otros casos los que se replican en una provincia donde, claramente, lo que más crece es la delincuencia.