Puerto Tirol: Vigilia barrial chamamecera para el cierre del Festival del Taninero

Interior

Este viernes, desde las 21.30 hs, con chamamé en los barrios 9 de Julio y Los Aromos de Puerto Tirol, se baja el telón del Festival Nacional del Taninero de la localidad chaqueña.

El evento, en sus tres días de realización, convocó al público de la región Litoral, dejando inaugurado el corredor de festivales del género.

La vigilia barrial chamamecera será en simultáneo desde las 21 hs. con el Dúo Soto Godoy, Balmaceda cuarteto y Los Chaqueñisimos Cardozo en el barrio Los Aromos y Abel Rodríguez y su acordeón azul, El gauchito del acordeón, Armando Palacios y el Taller de guitarra Seis Locas Cuerdas a cargo de Avo Almirón. Esta actividad cierra formalmente el 13° Festival Nacional del Taninero y 6° Fiesta Provincial del chamamé, que tuvo su jornada inaugural y tres noches a pura música en la localidad chaqueña.


El festival
El festival fue organizado por la Municipalidad de Puerto Tirol y la producción general está a cargo de la productora chaqueña Música Sin Etiquetas, con el apoyo del Gobierno de la Provincia del Chaco, Consejo Federal de Inversiones, Instituto de Cultura, Instituto de Turismo del Chaco, el programa Festejar del Ministerio de Cultura de la Nación y la empresa taninera UNITAN, entre otros.
La primera actividad en torno al festival se vivió en el emblemático Cruce Viejo, donde la comunidad pudo disfrutar del cierre de la Orquesta de la asociación civil Cruce Joven, que tocó en vivo, para luego disfrutar de Yaré cuarteto, conformado por Leo Rodríguez en voz y guitarra, Néstor Ferreyra en voz, Lucas Monzón en acordeón y Omar Mambrín en guitarra. El cierre musical de la noche fue con el Grupo Nuevo Tiempo.
El jueves pasado en el Museo y Casa del Bicentenario de Puerto Tirol se empezó a vivir la mística del festival, y que congregados por diversas actividades, los músicos dijeron. Así, se pudo ver entre el público a Litto Nebbia, a productores culturales del programa Festeja del Ministerio de Cultura de la Nación, a parte de la delegación brasilera que tuvo protagonismo en la grilla del festival, a periodistas y vecinos de Tirol.
Tras las palabras de bienvenida por el productor del festival, Walter Bordón, se dio reconocimiento a la labor de difusión del locutor oriundo del Tirol, Rolando Gran, presente en todas las ediciones, para luego dar paso a los integrantes de la Asociación civil Cruce Joven cuya gran labor de integración e inclusión en la comunidad de Cruce Viejo se vio consolidado a través de la conformación de la orquesta, uno de los puntales de lanza de esa entidad que oficia como hilo conductor de la comunidad, interviniendo en su crecimiento, desarrollo y fortalecimiento. Tras tomar la palabra se proyectó un corto documental realizado por Nacho Zabalúa donde se relata la historia de la orquesta. Los reconocimientos entregados fueron esculturas elaboradas por el artista plástico de Puerto Tirol, Kike Yorg.
Blas Martínez Riera, hijo del Petiso de Oro, presentó el libro sobre la figura de su padre, “El quinto grande del chamame”, expresando “emoción por compartir la obra de mi padre, arrojar luz sobre muchas historias en torno a las composiciones y otros hitos de su carrera. Estoy orgulloso porque este libro aporta al género chamamecero, que es una de las músicas más importantes del mundo”.


Luego fue Luiz Carlos Borges, quién dio a conocer su libro “Una vida atada a una gaita”, songbook que repasa sus 50 años de carrera musical a través de textos, fotografías y partituras de sus obras, además de un CD. El emblemático acordeonista y compositor expresó que “lo que me hace más feliz de este libro es que además de contar mi historia, cuenta mi conexión con esta patria, que no es broma, es verdadera. Toda mi búsqueda y aprendizaje de esta cultura, que es un poco chaqueña, un poco misionera y correntina está en este libro, y esta cultura hoy ya no es más de ustedes, sino del mundo, es patrimonio de la humanidad”.
Tras decir estas palabras, Borges invitó a Yuri Menezes, guitarrista de Brasil también, a dejar inaugurado el homenaje al recientemente desaparecido Nini Flores, cuya familia acompañó diciendo presente desde el público. Así los primeros acordes sonaron haciendo “Correntino”, tema compuesto por Borges pensando en Nini Flores y “Mi hijo me ha pedido un chamamé”, en honor a Gregorio, su primogénito.
El siguiente número musical en homenaje al acordeonista fue por Ricardo Panissa junto a Flavio Valdéz, para luego dar paso a Rudy Flores en formato de quintento, quiénes ejecutaron con mucho sentimiento “Añorando”, “Corrientes Norte”, “Noche de San Antonio” y “Refugio de soñadores”, rememorando la figura de Nini”, “que no se fue, está acá al lado nuestro” diría en algún alto del concierto su hermano Rudy, emocionando a la platea presente. El cierre de la jornada fue a manos de los Cantores de Pueblo Chico, la agrupación tradicional con más trayectoria de Puerto Tirol, representada por Vicente Herrera y Néstor Britez, acompañados por Avo Almirón.


El broche de oro lo dio la chef Diana Delssin del Instituto de Turismo del Chaco, que ofreció a los presentes una variedad de picadas, especialmente la de mortadela y galleta, tradicional comida que estilaban comer los obreros de la fábrica de tanino.
Los tres días de festival en el anfiteatro centro cultural de Puerto Tirol transcurrieron con lleno total, pese a las lluvias por la tarde de la jornada del sábado y el intenso calor, que fue apaciguado por bebidas heladas y acompañados por un clima familiar y de disfrute. Puestos de comidas típícas, cervezas artesanales del Chaco, artesanías y más acompañaron la propuesta musical de cada noche.
El público, desde los propios vecinos de Puerto Tirol, se vino desde Corrientes, interior del Chaco, Misiones y Santa Fe, además de Brasil y Paraguay. Tres lunas chamameceras que deleitaron a una audiencia exigente, donde se destacaron todos y cada uno de los músicos que participaron, que además fueron vistos y escuchados a través de la transmisión exclusiva de Chaco TV.
Como cada año, la conducción estuvo a cargo de Alfredo Humberto Norniella, Rolando Gran y Raúl Báez, sumándose Jorge Handwerker. La apertura del festival fue dada por los niños del ballet Municipal de Folclore de Puerto Tirol, que dieron paso a Néstor y Ariel Acuña, acompañados por Ayelén Acuña en voz. Posteriormente subieron a escena, desde Paraguay, el arpista Francisco Giménez y su conjunto, con la maravillosa voz de Teresita Velloso, que se llevaron aplauso cerrado de la audiencia.
La integración con los hermanos del MERCOSUR siguió con la presentación, por primera vez en un escenario, de Joao Lopes, niño proveniente de Miranda, Mato Grosso do Sul, que con los productos de su huerta elaboró comidas que vendió en una feria de su ciudad, para comprarse su acordeón, y cuyo sueño fue cumplido al tocar en este festival, luego de que su historia se hiciera viral en redes sociales a partir de una entrevista en la TV Morena. La presentación de Joao fue el puntapié idea para lo que seguiría, con Gerson Douglas, mítico integrante del Grupo Tradición, de Campo Grande, Brasil, quién desde niño tocó junto a Michel Teló, destacándose como acordeonista y compositor.
Paso seguido, Litto Nebbia subió por primera vez al escenario tirolero, interpretando en el primer pasaje temas de su autoría, para luego convocar a Los Nuñez y Cacho Bernal, ejecutando obras chamameceras, en las que no faltaron el himno a Tirol., mientras Miguel Repiso, más conocido por REP, dibujaba en vivo los instantes musicales que el público disfrutó.
Le siguió Pilar Jeroky, una delegación de bailarines y músicos del departamento de Ñeembucú, Paraguay, dando una clase magistral sobre las expresiones del pueblo paraguayo a través de la danza y la música, para luego dar paso a la libreña Gicela Méndez Ribeiro y su grupo.
Coco Gómez, el creador de la síntesis perfecta entre los ritmos del Chaco impenetrable y el chamamé fue vitoreado en su actuación, reconocimiento dado desde los aplausos y el baile que se armó en diversos espacios del anfiteatro. Mario Bofill le puso el broche de oro a una primera noche cargada de emociones, con un público que levantó un sapucay tras otro al recorrer su cancionero popular.
El sábado, tras las lluvias de la tarde, el público fue asomándose al anfiteatro bajo un cielo estrellado, que recibió como primer número a la Orquesta del Cruce Joven, en una actuación soberbia que da cuenta del crecimiento musical de esta formación, dirigida por el maestro Alejandro Ruiz y Alejandro Bendersky, con Luiz Carlos Borges, Lucas Monzón, Mariano Parrilla y Nahuel López Pontón como invitados especiales.
Le seguiría el Grupo Ñasqui con su danza y gran puesta en escena, Raúl Junco acompañado por Sebastián Llano, Leo Rodríguez, Omar Mambrin y Lucas Monzón, Los Hermanos Velázquez, que recorrieron temas que la audiencia festejó, y el paraguayo Rolando Chaparro, con actuación superlativa que fue muy aplaudido cerrando su número a pura polca y galopera.


Tradición Chamamé, comandada por el Chango Spasiuk, con las Hermanas Vera, Marcelo Dellamea, Emilianito López y Los Nuñez fue un punto alto de la noche, por el repertorio elegido y por las interpretaciones desde la música y el canto, todo un dream team del género que despertó ovación al finalizar su concierto. El Cuarteto Santa Ana, Adrián Montes, Alejandro Sanz y el Grupo Guaruba fueron pavimentando la ruta musical para el cierre con Amandayé para los que vislumbraron la madrugada tirolera a pleno chamamé.
El domingo, con entada gratuita, cayendo el sol, se presentó El Gauchito del Acordeón, seguido de Amadeo Campos Trío, y desde Formosa, Gustavo Galeano y Luna Payesera. Alfredo Monzón y la voz femenina por excelencia de Puerto Tirol, Sofía Casafus, hicieron bises pedidos por el público, que se expresó desde temprano acompañando con los aplausos y el baile. Los Ballario Grupo desde Santa Fe y Herencia Chamamecera desde Puerto Vilelas dieron cátedra, dando paso a Lucas Segovia con Luiz Carlos Borges de invitado, con un concierto de varios pasajes donde también cantó Paloma, hija de Segovia. Alan Guillén le puso el corazón al escenario de Tirol, recibiendo todo el aplauso de la gente, dando paso a Nino Zannoni y Jonathan Dalmonte, acordeonista brasilero. El cierre, esperado por la audiencia, fue a manos de Antonio Tarragó Ros, quién entre sus clásicos, arrancó los últimos pasos de baile y sapucay a la audiencia que acompañó con fervor hasta la última nota.
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