Fin de la ilusión: Argentina cayó ante Italia y deberá pelear por no descender en la Davis

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No alcanzó con el despliegue hasta el último punto. Dio batalla la Argentina, pero este equipo, muy disminuido respecto del que se consagró campeón hace dos meses en Zagreb, se despidió muy rápido de la Copa Davis. La derrota por 3-2 frente a Italia marca el cierre de una serie con problemas de todo tipo, y que otra vez Argentina deberá volver a disputar un repechaje, en septiembre próximo, y ante un rival que se confirmará recién en abril, para mantenerse en el Grupo Mundial.

Lo intentó Guido Pella , pero Fabio Fognini fue superior. De menor a mayor, el italiano dio vuelta el partido y se impuso por 2-6, 4-6, 6-3, 6-4 y 6-2, luego de 4 horas y 16 minutos de acción en el Parque Sarmiento.

Los nubarrones y las potentes ráfagas del domingo le dieron paso a un lunes de sol a pleno. Mientras miles de fanáticos esperaban en las afueras para ingresar, el encuentro comenzó a las 11.08, con un desarrollo claramente favorable al zurdo de Bahía Blanca. Fognini se mostró muy errático en el arranque y rápidamente quedó 0-3, con dos quiebres en contra; Pella, muy atento, estuvo siempre listo para aprovechar cada oportunidad que le dejaba el número 45 del mundo, y así se llevó el primer set en 37 minutos de juego.

Como era de esperarse, Fognini se metió en el encuentro sobre el final del primer parcial y el comienzo del segundo, y el partido se hizo más parejo. Tuvo su momento favorable el italiano cuando se adelantó 3-1, pero el argentino le impidió progresar y recuperó el break enseguida, ya dentro de un desarrollo más cercano a lo que se esperaba en lo previo. Era cuestión de estar ahí, al acecho, y la ocasión para otro quiebre llegó con una doble falta. Fastidioso, Fognini arrojó su raqueta contra el polvo de ladrillo y se ganó el warning (advertencia) por conducta antideportiva. Poco después, con su saque, Pella sentenció el segundo set, que dejaba a la Argentina a un paso de los cuartos de final, en medio de la euforia de miles de espectadores en el Parque Sarmiento.

Pero el encuentro todavía no estaba cerrado ni mucho menos. Aun dentro de un juego abierto -los dos generaron chances de quiebre-, Pella no pudo capitalizar sus chances en el tercer y el quinto games. Fognini, más paciente, vio la oportunidad en el octavo juego y presionó; a pesar de defender cinco break-points, Pella cedió su servicio y el italiano no tuvo problemas a continuación para cerrar el tercer capítulo en su favor.

Ya en el cuarto set, con menos margen para equivocarse, el partido se hizo más tenso, entre la consistencia de Pella y los embates de Fognini, capaz de tirar un precioso globo de revés a pura mano y fallar enseguida de manera inexplicable un smash con el rival desparramado por el fondo; talentoso y volátil al mismo tiempo. Así quedó 15-40 en el segundo game, y lo levantó con un par de pinceladas mágicas. Suelto, con más recursos y más confianza en sus impactos, el italiano quebró de inmediato y pasó a dominar ese tramo. Tuvo tres ocasiones Pella para recuperar el break, pero no las aprovechó, dentro de un game larguísimo, de diez minutos de extensión, y su rival no dio más chances: 6-4 y al quinto set.

Luego de tres horas y media de acción, el duelo se hizo más cerrado. Pella escapó de un break en el comienzo, pero Fognini ya asomaba más sólido y decidido. El de San Remo buscó y perforó la resistencia del argentino en el quinto game; un drive de Pella se perdió por el fondo y le dejó a Fognini la puerta abierta hacia la definición. El italiano olfateó su momento y apuró el pulso; otro break lo dejó a un paso, y en el primer match-point llegó la definición, con una devolución de Pella que se perdió muy lejos. Como en 2014, en Mar del Plata, Italia se quedó con la celebración, a despecho de algún cruce verbal por algún festejo excesivo.

Para la Argentina, se vendrán meses de replanteo, de aprender -de una buena vez- de los errores cometidos, para tratar de seguir en la elite. El mal de ausencias fue un duro impacto: aquí no contó con Juan Martín del Potro ni Federico Delbonis; Horacio Zeballos se dio de baja por una dolencia, Diego Schwartzman también se vio impedido de jugar al no poder recuperarse de una lesión, y hasta Leonardo Mayer estuvo afectado por problemas físicos luego del dobles del sábado. A eso se sumaron los inconvenientes de una organización que estuvo lejos de lo ideal. Por todo eso, la Copa Davis, que tanto costó conseguir, se va pronto de nuestro país. Demasiado pronto.