El Gobierno intentará hoy coordinar una estrategia con los bancos públicos para aislar al jefe de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, y torcerle el brazo en el conflicto salarial que amenaza con enturbiar los planes oficiales para la actual ronda de paritarias. Con ese objetivo un grupo de banqueros fue citado para este mediodía a la Casa Rosada por el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.
El encuentro fue convocado de urgencia ante la agudización del conflicto: si bien Trabajo había bloqueado un acuerdo alcanzado por el gremio y algunas de las cámaras empresarias del sector, la Justicia ordenó la semana pasada ponerlo en vigencia y entre hoy y mañana debería estar saldado el pago con aumento. Desde el Gobierno avisaron que en las próximas horas apelarán la resolución de la Cámara del Trabajo.
La pulseada tiene varias aristas que encendieron alarmas en la administración de Mauricio Macri. Por un lado, Palazzo es uno de los dirigentes que más presiona en la CGT por medidas de fuerza contra el ajuste económico. Además, un acuerdo salarial tempranero en ese gremio, por arriba de la pauta del 18% de aumentos que desea el Ejecutivo para este año, generará necesariamente una cascada de demandas en la misma línea y dará por tierra con esa referencia.
Frente a ese escenario los pasos que dio hasta ahora el Gobierno fueron erráticos. Inicialmente la banca pública, representada por la cámara Abappra, fue una de las dos que avaló el entendimiento salarial con el sindicato de Palazzo a fin de año. Aquel acuerdo incluía recomposiciones por la pérdida de poder adquisitivo de la paritaria 2016, montos remunerativos de fin de año y de principios de 2017 y un 4% inicial como anticipo de la negociación global que debería arrancar en marzo próximo.
Para revertir aquel paso en falso y blindar al Ejecutivo de la inminente agudización del conflicto Triaca convenció a Macri de que Palazzo es el principal enemigo gremial a derrotar. Ese será el tono del encuentro de hoy, al que fueron convocados el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y referentes de la banca pública como Juan Curutchet (Provincia) y Javier Ortiz Batalla (Ciudad), entre otros. Irán también a la reunión los funcionarios de la cartera laboral más involucrados en la negociación: el jefe de Gabinete de esa cartera, Ernesto Leguizamón, y la subsecretaria de Relaciones Laborales, Silvia Squire.
En tanto, Palazzo ayer confirmó que esta misma semana comenzarán las asambleas en los bancos para elevar la presión por la falta de aplicación del acuerdo salarial. Explicó que empezarán el jueves y el viernes, con suspensión de atención al público. «El Gobierno anterior jamás se hubiera atrevido a no homologar un acuerdo», dijo en una entrevista en Radio Con Vos, en la que aprovechó para cuestionar a Sturzenegger: «es un neoliberal exorbitante».
Entre los funcionarios evalúan que un traspié de Palazzo será una señal para todo el sindicalismo frente a una ronda de paritarias que, aún en sus primeros movimientos, ya dio resultados que duplican la pauta salarial enunciada por el propio Macri. Gremios como el de Aguas Gaseosas, el Seguro y los aeronáuticos de Latam y Aerolíneas Argentinas pactaron para 2017 aumentos de 35 por ciento. De todos modos, en Trabajo buscan encapsular esos entendimientos y replicar en el ámbito privado, en cambio, el que selló María Eugenia Vidal con los estatales bonaerenses por un 18% anual con revisiones periódicas.
Ámbito.