Esta semana publicamos en el sitio web del Ministerio de Energía y Minería un listado con lo que consumen los artefactos eléctricos más habituales de un hogar tipo con un consumo de electricidad de 300 kWh/mes (equivalente a lo que consume como máximo el 70% de los usuarios residenciales de AMBA).
La iniciativa surgió a partir de la pregunta de una periodista, durante la conferencia de prensa en la que anunciamos los nuevos cuadros tarifarios para el servicio eléctrico, que buscaba hacerse una idea sobre cómo se podría componer el consumo de un hogar medio.
La unidad de medida del consumo eléctrico es poco intuitiva para que la población pueda modificar sus hábitos cotidianos en función de ella. Mediante una infografía, planteamos también la comparación entre lo que consume un hogar con artefactos eléctricos no eficientes y otro con artefactos eficientes.
En ningún momento pretendimos indicarle a la población cuánto tiempo debe usar sus artefactos eléctricos como titularon algunos medios. En la comparación se utilizaron “supuestos” de base para el cálculo, ya que de otra manera resultaba imposible dar la respuesta requerida. Estos “supuestos”, justamente, son una suposición de la cantidad de horas promedio de uso de cada artefacto asumiendo características comunes. Cada casa tiene una cantidad de integrantes, horas de ocupación, hábitos de consumos y circunstancias que hacen imposible trazar límites homogéneos para toda la población. Incluso, la cantidad y tipo de electrodomésticos varían también de un hogar a otro.
La intención fue dar información genérica sobre cada equipo para que los usuarios puedan utilizar esos datos para hacer un uso más responsable de la electricidad y, de esta manera, conseguir un ahorro en su factura a fin de mes. Con la información provista, cada hogar puede analizar de manera personalizada cuál sería su consumo y donde están las mayores oportunidades de ahorro.
Nuestro objetivo es instalar el uso responsable de energía y la eficiencia energética como un cambio de hábitos dentro de nuestra sociedad. Para esto estamos trabajando en distintas iniciativas, muchas de las cuales hicimos públicas en diciembre del año pasado en la que fue la Primera Jornada Nacional de Eficiencia Energética. Una de ellas fue la publicación de una guía de uso responsable de la energía: (https://www.minem.gob.ar/usoresponsable/index.html).
Es oportuno mencionar la diferencia entre “Uso Responsable de Energía” y “Eficiencia Energética”, ya que ambos contribuyen al ahorro. Cuando hablamos de Uso Responsable hacemos referencia a los hábitos de consumo. Estamos convencidos de que con pequeños cambios de hábitos se pueden hacer grandes diferencias y pagar menos de factura de electricidad y gas, más aún con los incentivos al ahorro energético que hemos establecido y dado a conocer en la conferencia de prensa mencionada. Se puede hacer un uso responsable con decisiones tan simples como no colocar alimentos calientes en la heladera, apagar las luces en los ambientes que no estén ocupados o utilizar el lavarropas con programas cortos y agua fría.
La Eficiencia Energética está vinculada a la tecnología, al tipo de equipamiento. Por eso se incluyó en la infografía el impacto que podría generar sobre el consumo el cambio a electrodomésticos e iluminación eficiente. Con esto no estamos diciendo que la única alternativa sea salir a comprar el equipamiento nuevo de todo la casa, estamos dando información adicional para que aquel que va a hacer una compra tenga más información para decidir.
El Uso Responsable y la Eficiencia Energética van juntos y uno no reemplaza al otro. Aunque me compre una heladera Clase A igual tengo que evitar poner alimentos calientes dentro, si cambio la iluminación a LED igual tengo que apagar las luces cuando salgo de una habitación.
La energía es un bien escaso en todo el mundo. Y en el caso de Argentina, importamos gas, combustibles líquidos y, en algunos momentos del año, también electricidad. Esto nos cuesta caro. Adicionalmente, nuestra matriz energética es dependiente en un 86% de combustibles fósiles, los más contaminantes. La convocatoria a ser más eficientes también apunta a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, uno de los responsables del cambio climático.
En definitiva, el uso responsable y eficiente de la energía genera beneficios individuales, en términos de reducir la factura eléctrica y los gastos del hogar; beneficios a nivel país, por reducción de las importaciones; y a nivel global porque contribuye a mitigar el cambio climático. Es cuestión de reflexión, voluntad y colaboración.