Una mujer que regresaba de trabajar a bordo de su Volkswagen Bora y a 30 metros de un retén de Gendarmería, uno o varios impactos de tuercas de acero destrozaron el parabrisas del rodado. «Fueron hondazos que tiraron desde la oscuridad, seguramente para detener el auto y robar», afirmó uno de los familiares de la víctima.
«Gracias a Dios que ella no se detuvo. Creemos que la intención de los delincuentes era hacerla detener para robarle. Y por suerte el ataque no provocó un accidente porque le tiraron hondazos con tuercas o recortes de acero. El colmo es que todo esto sucedió a 30 metros de un puesto de control de Gendarmería, en calle 33 entre 20 y 22. El parabrisas quedó todo astillado y no sirve más pero gracias a Dios que a mi hija no le pasó nada. Estos delincuentes no le tienen miedo a nada», dijo un allegado a la víctima
Vale resaltar que a pocos metros del lugar había un operativo de Gendarmería Nacional, quienes fueron alertados del hecho y más allá de haber acudido al reclamo, no lograron dar con los agresores.