El asalto armado duró seis horas. Los tres atacantes fueron abatidos. Estaba disfrazados de médicos. Hay más de 50 heridos.
Hombres armados disfrazados de médicos atacaron este miércoles durante seis horas el principal hospital militar de Afganistán, en Kabul, en una operación reivindicada por el grupo terroristas ISIS.
El ataque «ha terminado» después de seis horas de tiroteo y todos los asaltantes «han sido abatidos», declaró Sediq Sediqqi, portavoz del ministerio del Interior.
El ISIS reivindicó a través del servicio de mensajería encriptado Telegram la operación que dejó «más de 30 muertos y más de 50 heridos», según el general Dawlat Waziri, portavoz de Defensa..
«Infiltrados del ISIS atacaron el hospital militar de Kabul», afirmó el grupo mientras que los talibán afganos han desmentido enseguida toda implicación a través de Twitter.
El hospital, con capacidad para 400 pacientes, fue atacado por tres hombres armados vestidos de médicos que lograron entrar en el edificio. Uno de ellos fue abatido enseguida. Los otros dos permanecieron varias horas atrincherados en el interior del edificio situado en el centro de Kabul.
«El hospital Sardar Daud Khan está siendo atacado. Sabemos que varios asaltantes vestidos con uniformes médicos entraron en él armados con (fusiles de asalto) AK-47 y con granadas», informaba por la mañana el general Daulat Waziri.
Las televisiones mostraron civiles, algunos en batas blancas, refugiados en la azotea del edificio, y otros buscaban ponerse a salvo en los pasillos.
Según el ministerio de Defensa, «todos los pacientes fueron evacuados» o al menos puestos a salvo.
«Me encontraba en el tercer piso: los atacantes vestidos con batas blancas de médicos consiguieron abrirse camino por la puerta trasera. Cuando comenzaron los tiros corrí por los pasillos. Todo el personal y visitantes entraron en pánico. Vi caer a varios. Disparaban contra todo lo que se movía», contó uno de los médicos a la AFP, pidiendo no ser citado.
«Me refugié en reanimación y cuando vi que no había ninguna salida, salté por la ventana», añadió, precisando que se rompió la pierna al caer.
Los disparos, las explosiones y las granadas, así como las sirenas de las ambulancias no pararon de sonar en toda la mañana. Una deflagración al menos provino de un coche bomba que explotó sin dejar víctimas en el parking del hospital, según el portavoz de Defensa.
Un enfermero, Abdul Qadeer, confesó su miedo a la AFP delante del hospital: «Estaba en el vestuario cuando vi a un hombre vestido de médico disparar con un AK-47 contra los guardias y los pacientes en la tercera planta. Conseguí escapar escalando la alambrada, pero mi amigo fue alcanzado».
«Estaba preparando a mis pacientes para una intervención cuando vi a tres hombres armados vestidos como médicos entrar por la puerta trasera», contó un médico en directo al canal de televisión Tolo.
«Me dispararon pero logré escapar», aseguró este cirujano.
El hospital es conocido por atender tanto a los integrantes de las fuerzas de seguridad como a los insurgentes.
El jefe del gobierno, Abdulá Abdulá, prometió «no perdonar nunca a estos criminales».
Este ataque se produce una semana después del doble atentado suicida del 1 de marzo, reivindicado por los talibán, contra dos recintos de los servicios de seguridad en Kabul -de la policía y de inteligencia (NDS)-, que causó 16 muertos y más de cien heridos.
El martes por la tarde, los insurgentes dispararon dos cohetes en la misma zona contra la embajada estadounidense en Kabul, según fuentes occidentales.
Las embajadas occidentales situadas en el barrio residencial de Wazir Ajbar Khan, a unas centenas de metros del hospital atacado, se encontraban en estado de alerta este miércoles.
El último ataque de envergadura contra un hospital afgano se remonta a junio de 2011: 38 personas, principalmente mujeres y bebés que se encontraban en la maternidad, murieron en un atentado suicida con coche bomba en la provincia de Logar, a 75 km al sur de Kabul.
Los talibán negaron entonces toda implicación en el atentado y lo condenaron.