Fabián Ríos, el intendente de la capital correntina, encabezará esta tarde el acto inaugural del período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante. Será el cuarto y último comprendido dentro de su mandato, iniciado el 10 de diciembre de 2013. Ante el Cuerpo legislativo comunal hará un repaso de su gestión y proyectará los principales lineamientos a futuro con la aspiración personal de renovarse en el cargo por otros cuatro años.
El Parlamento citadino realizará a partir de las 19 su Asamblea Legislativa para habilitar formalmente el período anual de sesiones ordinarias. El presidente del Cuerpo y miembro del bloque Frente para la Victoria, José Salinas, informó a época que el acto tendrá lugar en el salón de eventos de la Sociedad Española, ubicada por Mendoza al 530, y confirmó la participación de legisladores, funcionarios municipales, provinciales y diversos actores de la comunidad. A su vez, ratificó que “ahí dará su mensaje inaugural el intendente Fabián Ríos”, quien “realizará una memoria balance del año pasado y una proyección hacia el 2017”, explicó.
No se trata, sin embargo, de un evento aislado. Será el último mensaje que Ríos brindará a la Asamblea Legislativa municipal dentro de su actual mandato. Claro está que su apuesta por otros cuatro años más al frente del Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) está sujeta al tamiz electoral del próximo 4 de junio y allí radica la principal expectativa de propios y extraños.
Su caballo de batalla es, en la coyuntura, mostrar los logros de su gestión y proyectar el rumbo que adoptará en caso de lograr la “continuidad” en el cargo. En esto dependerá en gran medida de la celeridad con que el Concejo debata y defina proyectos vinculados a la ejecución de distintas políticas que contribuyan a valorar los resultados de su modelo administrativo.
La Comuna inició el presente ejercicio con un llamado a extraordinarias por parte del DEM, para que el Concejo trate una terna de expedientes entre los cuales sobresalieron la convocatoria a elecciones en el ámbito de la ciudad, rápidamente resuelta, y un pedido de autorización para emitir deudas por $98 millones para garantizar una ejecución presupuestaria sin sobresaltos hasta fin de año.
Esta última iniciativa basta como muestra de la relación que mantendrán ambos poderes hasta fin de año, aunque el resultado final no está garantizado que siempre resulte favorable.
La solicitud de empréstitos, por caso, requiere 2/3 del Cuerpo para su aprobación, algo imposible de reunir por el oficialismo antes del vencimiento del plazo extraordinario de sesiones.
La sanción del proyecto en cuestión significa para la gestión de Ríos la posibilidad de contar con recursos frescos y rápidamente, reembolsables dentro del presente ejercicio, y garantizar regularidad en la ejecución de obras.
“Obras de cloacas, asfalto y enripiado; desagües pluviales y la urbanización de Santa Catalina, justifican la emisión de Letras para sortear avatares financieros sin afectar su continuidad en el ritmo”, manifestó el oficialista Ataliva Laprovitta, para quien “ahora queda buscar los 2/3 con la oposición”.
El Concejo Itinerante ante un nuevo desafío
El Concejo Itinerante, ciclo de encuentros rotativos barriales que año tras año realiza el Cuerpo legislativo comunal para exhibir ante los vecinos el proceso de elaboración de normas y la importancia de participar de los espacios de discusión, enfrentará este año el desafío de atravesar un sendero institucional signado por las disputas electorales en las que el Frente para la Victoria (FPV) y Encuentro por Corrientes (ECO) se juegan a todo o nada.
El Legislativo comunal capitalino tiene por delante un período ordinario en el cual no está ajeno a eventuales obstáculos originados por la propia coyuntura electoral.
Es decir, la totalidad de los integrantes (repartidos en una relación numérica apenas favorable al oficialista FPV) tendrán por delante la difícil tarea de separar las discusiones parlamentarias de las rencillas partidarias de turno.
El Concejo Itinerante está, naturalmente, atravesado por esta circunstancia, aunque en sus cuatro años de vida a partir de su puntapié inicial en 2014, transitó con éxito momentos similares.
Su prueba de fuego tuvo lugar al año siguiente. En 2015, aún bajo la presidencia de Ataliva Laprovitta, los legisladores de turno que integraron el Cuerpo dieron una buena señal a la ciudadanía al encontrar rápidamente acuerdos para concretar la agenda anual de visitas barriales pese al tenso clima electoral de ese año.
Más grandeza aún por parte de los ediles fue el consenso alcanzado para “sacar los trapitos al sol en casa” y debatir en cada caso las problemáticas del vecindario anfitrión.