Andrés Irigoyen, presidente de la de la Unión Industrial del Chaco, dio detalles tristes respecto a la situación de los trabajadores en la provincia, donde confió que el empleo está en caída y como ejemplo, informó que la sucursal de Walmart en Resistencia pasó a tener una planta de 160 a 112 personas.
«Las instituciones no pueden asumir un compromiso por las empresas a las que representan, el cumplimiento en la vida real del compromiso antidespidos es imposible», manifestó Irigoyen.
Mencionó que el sector pidió a la Provincia y a la Nación beneficios para blanquear a sus empleados en negro y que se realice una redistribución de los aportes que realizan a estos. Recordó que esa era una promesa de campaña de Mauricio Macri y que se iba a dar prioridad a las provincias “pero todavía no cumplió”.
Según Irigoyen, es necesario que Nación “colabore con una instancia anterior a ciertos programas que ayudan a empresas que quebraron, es decir, que realicen acciones antes de que las firmas caigan por completo”. y agregó que «cuando una empresa quiebra, ya no puede levantarse”.
«Hay un sector grande que somos pequeños industriales que sufrimos tanto como sufren nuestros empleados, pero al gobierno nacional no le quedan muchos instrumentos para revertir la situación».