«Lamento mucho que muchos hayan vuelto a elegir el oportunismo a través de un paro». El presidente Mauricio Macri se refirió así a la medida sindical que afecta el inicio de clases en 22 distritos del país, al inaugurar el ciclo lectivo en una escuela de la localidad de Volcán, en Jujuy.
Macri dedicó un pasaje breve de su discurso al conflicto docente: «Ya hemos probado décadas a través de paros ¿Y cuál ha sido el resultado? Cero. Nada ha mejorado», consideró el Presidente. «Vayamos por el camino de sentarnos en una mesa, dialogar, encontrar soluciones para que mejore la forma en que educamos a los chicos», pidió.
El mandatario también pidió a los docentes ser un ejemplo para los alumnos. «Ellos miran qué hacen sus padres, qué hacen sus maestros, y de ahí sacan», dijo.
El Presidente intentó así volver a su habitual tono de discurso moderado, casi zen, y dejó de lado el marcado sesgo confrontantivo que tuvieron sus palabras durante la Asamblea Legislativa del pasado miércoles.
Acompañado por el gobernador jujeño, Gerardo Morales, Macri eligió una escuela rural de una localidad que un año atrás había sido arrasada por un alud.
«En Pumamarca (la localidad jujeña en la que Macri finalizó su campaña electoral) dijimos que íbamos a hacer una revolución educativa, que arranca con hacer una evaluación, para medir qué nos pasa, después hay que extender la jornada (de clases). Deberíamos estar en 30% (de doble escolaridad). Tenemos que superar ese 30% en estos cuatro años», le pidió al ministro de Educación, Esteban Bullrich, que lo acompañaba.
El paro nacional es en reclamo de que el Gobierno llame a la paritaria federal. Según los gremios, debe hacerlo por ley. La administración central se opuso. Entiende que sólo sirve de piso para que cada provincia luego negocie su paritaria. Y que ese mínimo está garantizado por la decisión de atar el salario docente al mínimo vital y móvil: el sueldo de un maestro debe ser al menos 20% superior al mínimo de la economía formal.
Jujuy es una de las 22 provincias afectadas por el paro. Para asegurar el éxito del acto, Morales pagó un aumento que, con adicionales, puede llegar al 51%. Y dictó la conciliación obligatoria.
