Robledo Puch, el máximo asesino de la Argentina, cerca de la libertad 

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Un juez de San Isidro hizo lugar a un pedido de su abogado y obtuvo el régimen de detención semiabierto. En 1972 lo condenaron por 11 homicidios, 17 robos y 2 abusos sexuales.
Lleva más años en la cárcel que los que vivió fuera de ella, 45 de los 65 años que tiene. Pero ahora, gracias a una mueca del sistema judicial, podría conseguir algo de libertad. Carlos Robledo Puch, el máximo asesino en la historia de la Argentina, obtuvo el beneficio de un régimen de detención semiabierto.

 

La orden fue tomada por el juez de Ejecución de la Cámara Penal de San Isidro, Duilio Alberto Cámpora, quien hizo lugar a un pedido del defensor general oficial de ese departamento judicial, José Luis Villada. De acuerdo al fallo que cita la agencia Télam, el magistrado notificó al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que deberá informar trimestralmente los «avances y particularidades» de Puch en sus nuevas condiciones de alojamiento y que el interno deberá recibir acompañamiento terapéutico de un psicólogo y un psiquiatra.

 

 

En otra orden, Cámpora pidió que Puch debe tener a disposición «los quehaceres que coayuden a su resocialización». Entre esas actividades están el ajedrez, una de sus prácticas habituales en la cárcel, entre otras «tareas recreativas». La decisión complementa otra de octubre del año pasado. En ese momento, la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires ya había ordenado al juez de Ejecución Penal de San Isidro que se adoptaran medidas para que el detenido fuera derivado de un ámbito cerrado a otro menos riguroso.

 

Durante su tiempo en prisión, Puch fue trasladado en 2003 al neuropsiquiátrico de Melchor Romero luego de haber prendido fuego el taller del penal de Sierra Chica vestido de Batman; y en 2007 a la cárcel de Azul para realizarse estudios médicos durante los cuales no dudó en asegurar que cuando saliera de la cárcel iba a suceder a Juan Domingo Perón.
En las pocas entrevistas que dio en la cárcel, navegó por delirios, deseos irrealizables y aspiraciones megalómanas. «Necesito todos los libros de Perón, ya que un deseo que tengo es el de hacer un llamamiento a la juventud argentina a hacer la nueva Revolución Peronista», fue una de sus fantasías que reprodujo en varios reportajes.

 

Robledo Puch es el máximo asesino que tiene la historia criminal de la Argentina. Fue condenado el 27 de noviembre de 1980 a reclusión perpetua por tiempo indeterminado por la Sala I de la Cámara de San Isidro. Fue culpable de 11 homicidios. También de 17 robos y 2 abusos sexuales. Su recorrido como el «Ángel Negro» o «El Ángel de la Muerte» comenzó en mayo de 1971 en la zona norte del conurbano y terminó en febrero de 1972, cuando lo detuvieron en Tigre luego de matar a Héctor Somoza, un excómplice, su última víctima.

 

La principal prueba de la policía para localizar a Puch fue su documento identidad encontrado en el bolsillo de la camisa de Somoza, a quien mató con el soplete que utilizaban para violentar las cajas fuertes. Desde hace 45 años, Robledo Puch sólo estuvo en libertad tres días, cuando en 1973 se fugó de la cárcel de La Plata.

 

Cuando lo condenaron la única que habló por él fue su madre. «Quiero que tenga la oportunidad de ser alguien de bien», declaró en aquel febrero de 1972. También lo defendió de algunos periodistas que lo habían definido como un «subhumano»: «No es un enfermo mental».