El insólito hecho sucedió en Indonesia, donde una pitón de siete metros se comió a un sujeto identificado como Akbar Salubiro, de 25 años, quien había desaparecido el domingo cuando fue a buscar aceite de palma.
Durante la búsqueda de Salubiro, organizada por sus familiares y amigos, se encontró una pitón de siete metros de largo en el jardín trasero de la casa de Akbar. Las personas que se encontraban en el lugar afirmaron que a través del vientre de la serpiente se podían apreciar «claramente las botas» de Salubiro. Asimismo agregaron que la noche del domingo se habían oído gritos cerca de la casa del difunto vecino.
Luego de que los residentes locales capturaran y dieran muerte al reptil decidieron abrir su vientre, donde para su asombro se encontraba el cuerpo sin vida de Akbar. Las pitones reticuladas son serpientes constrictoras, es decir, que se envuelven por sobre la víctima para asfixiarla y luego la engullen entera.
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