Así lo reveló en su declaración a la justicia en relación a lo sucedido tras el Operativo Sapucay. Los efectivos, aparentemente, oficiaban de prestamistas usurarios con lo que recibían por tareas de protección.
La causa por narcotráfico que envuelve a la localidad de Itatí tuvo por estas horas nuevos detalles aportados por un testigo que involucró a policías y ex policías de la Provincia de Corrientes, algo que ya no resulta extraño para nadie, luego de las detenciones que permitió el operativo Sapucay.
Los uniformados, según el testigo, recibían dinero en efectivo por parte de los narcotraficantes en retribución por trabajos de protección. el cual posteriormente utilizaban para mantener una red ‘prestamista’ con tintes usurarios.
En ese sentido, también afirmó que las operaciones de los policías corruptos se llevaban a cabo en el estacionamiento del Hospital Pediátrico Juan Pablo II. La banda fue descubierta y desarticulada el año pasado luego de una investigación que ordenó la justicia federal en la capital correntina.
El cabecilla, en esa oportunidad, habría sido un funcionario de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Corrientes.
Por lo que se pudo saber, en la localidad existen tres grupos que manejan el tráfico de marihuana desde Paraguay. Uno de los líderes de dichas organizaciones criminales sería Federico Morenita Marín, quien trabaja en conjunto con sus hermanos Osvaldo y Víctor. Junto a ellos, según el testigo, se desempeñaban efectivos policiales locales que recibían grandes cantidades de dinero.
La declaración del testigo destacó a un sujeto apodado Martillo, quien sería policía. En detalle, habría dicho que los tres hermanos Marín arreglan con Martillo, y sería el jefe de la Brigada de la Policía de Itatí.
«Si no hay torta, no pasan. Por eso tienen que pagarles para que los dejen vender droga, agregó.