Una explicación a porque las personas viven aberrantes situaciones cuando están en libertad, tiene mucho que ver por lo que pasa en las cárceles chaqueñas, donde los presos tienen más libertades y beneficios que cuando están fuera de ellas. No es descabellado pensar que a los ladrones, en muchos casos, les gusta estar recluidos.
Al menos eso es lo que deja entrever César Pared, un recluso de la comisaría séptima de Resistencia (de acuerdo a lo que el pública en su perfil abierto de Facebook), donde se fotografía con jarra de vino y disfrutando «de un buen porrito», de acuerdo a su posteo.
Siempre se sospechó que esto sucede en las celdas tanto de comisarías como de la alcaidía de Resistencia, donde los familiares de los reclusos tienen mucho que ver al llevarles la droga y la policía no queda excluída, ya que resulta extraño pensar que los efectivos que deben cuidar que los presos no se escapen no sientan el olor que desprenden los cigarrillos de marihuana.
Además, siempre se dijo que los presos no pueden tener celulares porque hay muchos malvivientes que desde la cárcel manejan la delincuencia. Hoy todos los presos cuentan con teléfonos.
Está todo mal. Este sincericidio del recluso que lo hizo público no hace más que confirmar que la situación está muy lejos de mejorar. En las calles, porque «adentro» parece que todo es una fiesta.