En una entrevista exclusiva para TN24, el coordinador del Centro Mandela, Rolando Nuñez dialogó sobre la problemática de la inseguridad y todo lo que este flagelo afecta a la provincia de Chaco.
Falta de confianza
Con respecto a la cantidad de casos de inseguridad que han sucedido a nivel provincial, solo en el último tiempo se pueden nombar al crimen de Emiliano Romero (asesinado por una mochila), el asesinato a un sereno, un joven baleado en la Leonesa, al respecto Nuñez expresó: «En cuanto a las estadísticas hay dos fuentes: la primera son las denuncias realizadas en las comisarías y la otra fuente se da cuando la persona realiza la denuncia directamente sobre la Justicia Penal, este sistema es cada vez mayor dado que la gente no confía en la policía porque no cree que se va a descubrir nada. Se estima que de cada cuatro (4) delitos solamente se denuncia uno (1), esto se denomina “cifras negras de la inseguridad”, cabe aclarar que este es un dato nuevo así tenemos que ver si en el futuro la sociedad sigue resignando su derecho de denunciar ante un delito.
El aumento de violencia en el campo del delito
«Hay varios motivos por lo que se aprecia un aumento en la inseguridad y en la violencia con la cual se efectúan estos. El primer factor influyente es que desde edad muy temprana se cometen delitos y debido a esta torpeza o falta de experiencia, deben recurrir a la violencia para delinquir. No tiene el ‘oficio de delincuente’.
«Por otro lado está el tema de las adicciones, es decir alcohol y drogas, estos al ser combinados actúan como factores determinantes de la violencia tanto en el campo del delito como en el campo social. Es decir que no solo para robar una garrafa o para asaltar una señora actúan con violencia sino que son violentos en todos los niveles».
Soluciones superficiales
«Hoy apreciamos que hay más delitos con más violencia, estamos dentro de un círculo vicioso del cual no podemos salir debido a que no contamos con política criminal. Argentina no la tuvo nunca, ni tuvo política penal carcelaria, sin estas dos políticas a nivel nacional la influencia negativa en una provincia marginal como Chaco es notable. Este Gobierno ni los anteriores tienen la menor idea de lo que es la política criminal, la política penal carcelaria, los programas de seguridad, etc. Entonces se recurre a meter más personas en la institución policial y a comprar más patrulleros para poder intensificar la “política del patrullerito”, pero esto no se resuelve así sino que se debería analizar el delito desde sus causas y sus efectos como se hace en los países más avanzados con respecto a este tema.
Las manifestaciones de las autoridades encargadas de la Seguridad, en especial las del Ministro de Seguridad, son todas manifestaciones efectistas debido a que muy pocas de estas pueden reflejar la búsqueda de soluciones estructurales y sistémicas que nos permitan albergar la esperanza de que vamos a recuperar la seguridad en un tiempo más o menos prudencial y que bajará el nivel de la violencia. Hoy en ningún espacio de la ciudad de Resistencia está ausente la violencia, de todo tipo. Todos los Gobiernos han cometido mala praxis en lo que corresponde a materia de seguridad».
Policías mal pagados y mal capacitados
«La policía provincial debería tener una proporción de un oficial cada mil habitantes, en algunas gestiones tuvo más, en otras tuvo menos, pero nunca se siguió esa premisa. Hoy en día se estima que tenemos alrededor de 5.800 o 6.000 policías para una población, que según el censo del 2010, tiene 1.050.000 (un millón cincuenta mil) habitantes, quiere decir que nos falta personal policial. Otra cosa que nos falta es pagarle bien a los policías, los sueldos son magros y de esta manera ¿Qué compromiso va a tener el oficial para combatir la violencia y el delito? Ni hablar de que no se los capacita bien en la escuela de policía, solo se les da un entrenamiento de corto plazo y luego le dan una pistola para salir a la calle».