Los detenidos integraban una banda criminal que perpetuaba los ataques a través de un sicario, quien utilizaba armas de fuego y granadas de humo contra los comercios.
Con motivo de precisar los detalles del operativo “Cabeza de dragón II” en el que se detuvo a tres hombres, dos de nacionalidad china y el tercero argentino y sicario contratado para atacar supermercados chinos, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, junto al jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, brindó esta tarde una conferencia de prensa en el barrio porteño de San Cristóbal, en uno de los domicilios allanados.
“Esto fue una tarea coordinada con las autoridades chinas; nos comunicamos con el embajador y han venido efectivos desde allí, lo que permitió desplegar con eficacia y precisión el operativo y detener a los involucrados. Uno de ellos es un sicario que atacaba a los comercios que no aceptaban pagar las coimas”, expresó la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
Es preciso destacar que el procedimiento se desplegó como continuación de la Operación “Cabeza de dragón”, la cual tuvo lugar a principios de junio del 2016 y derivó en la detención de 40 personas luego de 22 allanamientos. Como resultado del megaoperativo se secuestraron 14 armas de fuego, 4 vehículos, todo tipo de drogas, dinero en efectivo, celulares y carteles utilizados para “marcar” los supermercados.
Por su parte, el jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, explicó: “Pudimos confirmar que la organización utilizaba tanto a ciudadanos chinos como argentinos para cometer los delitos. Luego de una extensa investigación logramos desarticular a la banda en su totalidad”.
La investigación llevada a cabo por la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 13 junto con el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 42, a cargo de la Dra. María Gabriela Lanz, por ante la Secretaria N°106 del Dr. Juan Pablo Carovano, permitió establecer el vínculo entre los integrantes de la banda criminal “Pixiu” y distintos atentados sobre comercios chinos.
Casi un año después, la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal, fuerza dirigida por Néstor Roncaglia, logró detener a otros tres hombres que participaban de este tipo de ataques.
El modus operandi utilizado consistía en el uso de distintas armas, tanto de fuego como granadas de humo y otro tipo de herramientas para perpetuar los delitos. El sicario, un ciudadano argentino de 23 años de edad, consumaba los ataques a bordo de una motocicleta. Paralelamente, se extorsionaba a los propietarios de los mercados obligándolos a pagar una suma de USD 50.000 para no sufrir represalias.
Las detenciones se consumaron luego de una serie de allanamientos en Caseros, provincia de Buenos Aires, en donde fue detenido el sicario, y en el barrio porteño de San Cristóbal sobre la Avenida San Juan al 3200. El lugar, que simulaba ser un supermercado, funcionaba como un “aguantadero” de la banda criminal y donde oportunamente se ocultaban los sospechosos.
Allí se incautaron 32 frascos de ketonal; 10 bolsas con metanfetamina; 4 granadas de gas lacrimógeno; 1 pistola calibre 380 con numeración limadada, cargador y cartuchos; pasaportes de ciudadanos chinos; teléfonos celulares y notebooks y documentación de interés para la causa.