Con total impunidad, y en un claro acto de irrespeto por la naturaleza, la Municipalidad de Resistencia quebranta la Ley Provincial Nro. 2093-R que promulga el cuidado y preservación del arbolado público y desforesta varias cuadras de la ciudad.
“Solicito ayuda para quien no se puede defender por sí mismo”. Así comienza la crónica hecha por Victoria, vecina de Resistencia de Av. Chaco al 200 que lleva adelante una lucha que busca tocar la sensibilidad de los funcionarios municipales para que se apiaden de las especies arbóreas que pueblan la avenida y están siendo extraídas por las obras de repavimentación y ensanchamiento que está llevando a cabo la Municipalidad de Resistencia.
Y en realidad, Victoria no pide mucho, ella solicita se respete la Ley Provincial Nro. 2093-R (Antes Ley 7172), que en su artículo primero declara que “se establece en toda la Provincia del Chaco el Programa de Arbolado Público con el objeto de preservar, proteger, conservar, recuperar y regular el manejo sustentable de este recurso”. La misma detalla que “los Municipios son responsables del mantenimiento del arbolado público en su jurisdicción”, para “Controlar, investigar, conservar, preservar, mejorar y fomentar el arbolado público de la Provincia”; evitando “los actos de predatorios de cualquier tipo que se efectúen en contra de la estabilidad e integridad del arbolado público en todo el ámbito provincial”.
Según “Árboles Urbanos”, organización ciudadana que busca preservar los ejemplares verdes que aportan oxígeno y sombra a nuestra provincia tan asediada por las altas temperaturas, la obra no cumple con la ley. “La obra contempla para ellos -los vecinos- la perdida de todos los ejemplares de árboles que se encuentran en el frente de cada casa”. “Es una obra que está mal diseñada, no está planificada para poder preservar estos árboles. Podría haber sido de otra forma”.
Los vecinos, autoconvocados ante el inminente inicio de los trabajos, comenzaron a presentar notas ante la Municipalidad desde comienzos de año pero nunca obtuvieron respuesta. Según Flavia, hija de Victoria, la única vecina que sigue luchando por salvar su pata de buey, “Nunca se hizo una audiencia pública convocando a los vecinos, a ver si estaban de acuerdo, o informando cual iba a ser el impacto. No sabemos si hubo un estudio adecuado del impacto ambiental, inclusive, ingenieros nos han dicho que está a la vista el desastre ambiental”.
Un pedido de auxilio
Ahora, con el proyecto en plena ejecución , Victoria y Flavia custodian su árbol para que no se lo arranque, para que no corra la misma suerte que muchos de los que hoy son sólo troncos descuartizados. Uno las puede encontrar sentadas, en medio de la tierra y las máquinas, velando por “aquel que está solo”.
Piden se respete la ley y se haga una revisión del proyecto que contemple el impacto ambiental del mismo, no desean la paralización de la obra, pero si que se tenga en cuenta la flora del lugar.
“Y ahora, en aras del progreso, me lo sacan de un plumazo, sin pena ni espanto. Yo nunca autoricé eso. No quiero que me maten la historia, ni mis pertenencias. No me gusta. Él tiene más años que mis hijos Resistencianos. Y muchos más que mis nietos que hacen guirnaldas con sus pétalos que alfombran el suelo. Él es parte de mi vida. El merece estar donde está, ahí, en la casa de todos. Están desprendiendo algo que no puede defenderse. Acaso los funcionarios no te ven? No les da pena? Ayuda!”. Así continúa Victoria, con palabras fuertes y una historia que moviliza. Cualquier ciudadano que se quiera sumar a la lucha puede contactarse con “Árboles Urbanos” mediante su fan page en Facebook y ofrecer su acompañamiento.