Tal cual frecuentemente se viene repitiendo, se produjo un nuevo desmonte ilegal en zona prohibida de El Impenetrable. La deforestación, a tala raza para hacer chacra, se realizó en las parcelas 225 y 226 del Departamento Almirante Brown. Este campo tiene una superficie estimada de 4.800 hectáreas, y habrían topado 2.600 hectáreas a pesar de que el predio está ubicado en zona amarilla, según el mapa de zonificación del OTBN.
El campo está sobre la Picada 82, tres kilómetros antes del empalme con la Ruta Juana Azurduy, que es un punto estratégico en esta región. El paraje es conocido como “El Kiosco” porque allí funciona un almacén que da de comer a los viajeros. Desde ese empalme, en distintas direcciones, se puede llegar a Fuerte Esperanza, Misión Nueva Pompeya y a Los Frentones/Río Muerto, que son localidades que se ubican a la vera de la Ruta Nacional Nº 16, que es el corredor bio-oceánico que une San Pablo-Brasil e Iquique-Chile.
El anterior dueño fue Antonio Quejas. En la tranquera del campo está el cartel que indica que se trata del Establecimiento Las Rejas. En la zona se menciona que compró y topó la firma Aromito S.A., inscripta no hace mucho tiempo en el Registro de Comercio de Sáenz Peña, aunque en el cartel colocado en la tranquera del campo figura como titular la firma Cuenca del Salado S.A., cuyo titular más conocido es el italiano Claudio Andreoli, un exitoso empresario agropecuario de Chivilcoy, que figura entre los primeros grandes exportadores de trigo y maíz, fuertemente cuestionado –en su momento- por acaparar permisos de exportación (ROE).
El plan para favorecer a los empresarios del agro
Los propietarios del campo Las Rejas obtuvieron un Plan de Aprovechamiento del Cambio de Uso del Suelo, que fue autorizado por disposición PF0513/2016, Permiso 0531004547 otorgado por la nefasta Dirección de Bosques. A pesar de que el predio está ubicado en zona amarilla, en la que no se debe desmontar, Bosques autorizó que se desmontaran 2905 hectáreas, que el Centro Mandela entiende corresponde a un desmonte anterior. La empresa que desmontó fue MT Agroservicios y el técnico responsable es el conocido ingeniero agronómo Diego Kalbermatter, quién evidentemente es un profesional privilegiado por la gran cantidad de permisos que tramita con éxito comparado con otros técnicos que deben enfrentar muchas dificultades para que avancen los expedientes y que prosperen los permisos que solicitan.
En este campo ya se viene trabajando en actividades agrícolas a pesar de que mayoritariamente presenta Suelos clases V y VI, muy volátiles y frágiles, en donde no se deben habilitar chacras. El desmonte reciente se produjo hace pocas semanas. Las imágenes ilustran el desastre ambiental que han efectuado.
Más desmontes de la empresa Cuenca del Salado S.A.
A 80 kilómetros del establecimiento Las Rejas, en proximidades de la localidad Los Frentones, después de los establecimientos “La Ilusión” de Ana Victoria Hupaluk, presidente de la Asociación de Productores Forestales de Chaco, y del campo “Santa Rosa” de Hugo Cura, sobre la Picada YPF está el campo que también es de propiedad de la firma El Salado S.A., que anteriormente fuera de la empresa El Vence S.A. En el 2006 lograron que la Dirección de Bosques autorizara la forestación de 20.160 plantas de algarrobo, plan que no se ejecutó. Por el contrario, desmontaron una buena porción del campo.
En el año 2016, cuando el predio rural ya era de propiedad de Cuenca del Salado S.A., Bosques autorizó un Plan de Aprovechamiento del Cambio de Uso del Suelo. Permitió que se desmontaran 2452 hectáreas. Intervino la oficina forestal de Pampa del Infierno. El técnico responsable, nuevamente, fue el conocido ingeniero agrónomo Diego Kalbermatter. Los restos forestales, sin valor maderable, todavía están en el predio rural, lo que permite suponer que serán quemados apenas se produzcan las primeras heladas de esta temporada de invierno.
“Zonas liberadas ambientales” y corrupción
En campos de la región del Chaco Seco, clasificada como zona amarilla donde está prohibido desmontar, la Dirección de Bosques no detectó las deforestaciones ilegales o clandestinas o concedió autorizaciones a través del programa de Cambios de Uso de Suelos para que las tierras fueran y sean destinadas a la agricultura. De esta manera transformó este territorio en zona liberada ambiental, tal cual planteó la periodista Fernanda Sánchez en su artículo publicado en el Buenos Aires Herald (http://www.buenosairesherald.com/article/225093/heredar%C3%A1s-el-viento), al señalar que el exauditor general de la Nación, doctor Leandro Despouy, acuñó la frase “zonas liberadas ambientales” en nuestro país cuando presentó sucesivos y, casi siempre, demoledores informes sobre el rol del Estado en el proceso de deterioro de la Naturaleza. Este exfuncionario, en una audiencia pública en el Congreso de la Nación, dijo que “el Estado no estuvo ausente, sino que estuvo presente como cómplice”.
Corroborando las expresiones del exauditor general de la Nación, vale la pena mencionar que la Subsecretaría de Recursos Naturales y la Dirección de Bosques son organismos públicos que de ninguna manera funcionan para proteger el monte, asegurar su explotación racional y el correcto aprovechamiento socio-económico integral de la riqueza forestal y de bio-diversidad, que en el Chaco tiene su eje en el monte nativo, tal cual ordena la Constitución chaqueña. De ninguna manera estos entes oficiales promovieron la conservación y mejora de las especies, con reposición obligatoria mediaste forestación y reforestación, ni nada parecido. Por el contario, funcionan bajo la influencia, persistente y determinante, de una marcada ineficiencia y un creciente tráfico de influencia y corrupción, hasta transformarse en comercializadoras de montes, en sintonía con los mandatos políticos de los sucesivos gobiernos locales.
La contracara: Tantanacuy
En el campo lindero al establecimiento “Las Rejas”, en el que se desmontó, paradójicamente funciona un valioso emprendimiento de preservación y ecoturismo que se llama Tantanacuy, también ubicado sobre la Picada 82, a solo 15 km del límite con la devastada y estragada provincia de Santiago del Estero, cerca del Parque Nacional Copo.
El establecimiento Tantanacuy, cuyo significado en lengua quecha significa reunión de personas, tiene una superficie de 2500 hectáreas. Cuenta con un muy buen estado de conservación de su ambiente, lo cual se ve reflejado en su rica biodiversidad. El área está atravesada por un antiguo cauce del sistema de desagüe del río Juramento, que continua y atraviesa el Parque Nacional Copo, hacia el límite con la provincia de Salta. Estos paleocauces, de suelos arenosos, se encuentran cubiertos por gramíneas (espartillo y paja colorada), que son ámbitos propicios para la supervivencia del yaguareté.
La principal actividad en Tantanacuy es el ecoturismo, que se desarrolla desde hace más de 10 años. Allí se realiza el cultivo de tunas para la producción de alimentos regionales (dulces, mermeladas o pulpas para jugos) para proveer a los turistas y visitantes, y a distintos puntos de la provincia del Chaco. Todo el campo está cubierto por monte nativo chaqueño, integrado por especies autóctonas dominantes como quebracho colorado santiagueño, quebracho blanco, itín, mistol, sacha limón, sacha poroto, entre otras.
El área, por su proximidad a otras reservas que son consideradas áreas de importancia para la conservación de las aves (AICA), comparte muchas de sus características y valores de conservación. Durante los días 20 al 22 de Julio de 2016, integrantes del COA Guaicurú Resistencia relevaron los diferentes ambientes de Tantanacuy para la toma de registros visuales y auditivos, además de registros indirectos como nidos. Se registraron un total de 89 especies pertenecientes a 27 familias distintas. La familia mejor representada fue la de los furnáridos, con la presencia de 13 especies distintas, seguido de los tiránidos, con 11 especies distintas. Abunda el loro hablador, especie que ha estado amenazada por el tráfico ilegal de fauna, que se encuentra en recuperación. Se ha registrado la presencia de la tortuga terrestre chaqueña y cuevas de tatú carreta, ambas especies amenazadas globalmente.
Pese a la relativa rareza de su observación, es posible encontrar en Tantanacuy el jote real y el gallito de collar. Además, fueron vistas en el predio especies que presentan ciertos grados de amenazas, como el ñandú y el carpintero negro. Otra especie que puede estar presente es el águila coronada, ya que se cuenta con algunos registros históricos en las proximidades y el buen estado de conservación del monte en el predio.
Centro de Estudios e Investigación Social Mandela.