Rolando Núñez y un desolador panorama en la lucha contra el narcotráfico

Sociedad

El titular del Centro Mandela de Resistencia, Chaco, Rolando Núñez, brindó un desolador panorama respecto del desarrollo del narcotráfico en el norte del país y tras describir detalladamente la situación de cada una de las provincias, aseguró que “hay un gran fracaso en la lucha contra el narcotráfico y hay que entender que la narcocriminalidad no puede asentarse tan fácilmente y tener corredores de tráfico fluidos, sin complicidades políticas, judiciales y de las fuerzas de seguridad”.

En ese contexto, advirtió que “si tenemos que analizar la instalación del narcotráfico, la narcocriminalidad, el narcomenudeo y el creciente universo de personas que ingresan a las adicciones o al consumo social de drogas, es una verdadera epidemia”. “No existe sanitariamente ninguna otra enfermedad que haya tenido tanto desarrollo en los últimos 20 años en Argentina, y sin embargo no hay decisiones institucionales de ningún gobierno, pasando por los Ministerios de Salud nacional y de las provincias”, sentenció.

En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza) Núñez apuntó que el radar instalado en el aeropuerto de Resistencia “no funcionó nunca normalmente y cuando lo hizo fue por no más de siete u ocho horas por día, en contraposición con la autonomía de vuelo de las avionetas que entran fundamentalmente de Paraguay y de Bolivia, y como el radar trabaja pocas horas se conocían los horarios de funcionamiento del equipo y los narcotraficantes lo tenían perfectamente identificado; además de que no funcionaba todos los días”.

Mencionó además que “cuando el radar captura la información tiene que mandarla a Buenos Aires, en El Palomar, y entre el trámite burocrático de enviar la información y hacer la constatación de los vuelos regulares en el punto de origen, la avioneta estaba nuevamente fuera del país”, ante lo cual aseguró que “el escudo norte fue un gran fracaso en toda la frontera, incluyendo Salta, Formosa y Misiones”.

Sostuvo que al problema “hay que verlo por porciones porque son distintas mecánicas de un mismo negocio que opera en la zona norte” y puntualizó que “en Salta la más utilizada es la ruta del tomate, que comenzó en la época del menemismo con 300 camiones de tomates que salen de las fincas que tienen sus fondos hacia el río Bermejo o Teuco como le llaman en la zona, y que llegan a los mercados de abasto en Buenos Aires, Rosario y Córdoba en 15 horas porque si no el precio del tomate disminuye, y entonces los embutes se hacían ahí adentro”.

Explicó que “los camiones viajan en caravana, a unos 200 metros de distancia entre ellos, por lo tanto pararlos en algún control en las rutas genera un estancamiento tremendo en la circulación, además de que hay complicidades políticas y judiciales. Lo concreto es que la cocaína que viene de Bolivia por tierra, a través de la ruta del tomate, aterriza en esos mercados de abasto y allí comienza la distribución local”.

Ante esto, especificó que “es un mercado de posibles consumidores de 1.100.000 personas en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, conurbano bonaerense, Córdoba y Rosario que tienen una población estimada de 25 millones de habitantes”.

Grave situación en todas las provincias del norte

Núñez agregó que “la otra gran vía es la hidrovía, que arranca en el Puerto de Asunción y lamentablemente no se pueden hacer controles durante la navegación de los buques con bandera paraguaya, que es bandera de conveniencia” y contó que “la mayoría de esa flota mercante de Paraguay, radicada anteriormente en Panamá, son buques viejos que están en el mercado del flete de la soja u otros productos, y llegan a San Lorenzo, en Rosario, donde se realiza el control recién al realizar el amarre o directamente van a Palmira, Uruguay, cuando la droga está destinada a Europa o Norteamérica”.

Al repasar la situación del norte argentino, aseveró que “lo de Salta es gravísimo; la frontera es un colador y ha tomado estado público la complicidad de algunos miembros de la Justicia Federal de esa provincia y de personal de las fuerzas de seguridad” y cuestionó “cómo es posible que en ninguna entrevista al gobernador (Juan Manuel) Urtubey le preguntan por el narcotráfico, por las comunidades indígenas, por los desmontes en las zonas del Chaco Salteño, porque parece que es un gobernador que gobierna una provincia donde no hay narcotráfico, no hay narcocriminalidad, no hay corrupción política, ni en la Justicia ni el fuerzas de seguridad”.

Agregó que “Formosa es un corredor abierto del narcotráfico, donde (el gobernador) Gildo Insfrán está fuertemente comprometido y sospechado de ser permisivo y de que algunos funcionarios de su largo gobierno han participado en operaciones muy fuertes” y “también el tema de Misiones es gravísimo, que es una lengua metida entre Paraguay y Brasil y donde el narcotráfico es un hecho extraordinario”.

Sobre esta provincia, describió que “yendo por la ruta costera del río Paraná, un poco antes de Puerto Rico, se encuentra el corredor verde que termina en El Silencio sobre el río Paraguay, donde hay 100 kilómetros de extensión de esa ruta que pasa por San Vicente y toda una ruta de narcotráfico”.

Asimismo, añadió que “en Corrientes lo que ocurrió en Itatí no es una excepción, es una de las tantas localidades que fueron tomadas por el narcotráfico” y graficó que “Itatí ahora es una ciudad fantasma, porque ni los carniceros, los kiosqueros, los panaderos, nadie vende nada; y lo mismo ocurre en la localidad veraniega de Paso de la Patria, donde casi la totalidad de la viviendas están en venta o alquiler”.

“En Chaco la Isla del Cerrito es un punto rojo, enfrente está Paraguay a través del río del mismo nombre, y toda la zona ribereña del Departamento Bermejo es también zona roja, y allí hace unos días la ministra de Seguridad (Patricia Bullrich) y el gobernador chaqueño plantearon el operativo cierre de río Paraguay con supuestos 12 puntos fijos para controles”, definió.

En resumen, aseguró que “hay un gran fracaso en la lucha contra el narcotráfico y hay que entender que la narcocriminalidad no puede asentarse tan fácilmente y tener corredores de trafico fluidos, sin complicidades políticas, judiciales y de las fuerzas de seguridad”.

Mayor cantidad de procedimientos
Respecto de la gran cantidad de operativos que desbaratan bandas de narcotraficantes en todo el territorio nacional, conocidos en los últimos meses, Núñez analizó que “es un poco la respuesta del gobierno ante una de las grandes preocupaciones de los argentinos”.
En ese contexto, advirtió que “si tenemos que analizar la instalación del narcotráfico, la narcocriminalidad, el narcomenudeo y el creciente universo de personas que ingresan a las adicciones o al consumo social de drogas, es una verdadera epidemia. No existe sanitariamente ninguna otra enfermedad que haya tenido tanto desarrollo en los últimos 20 años en Argentina, y sin embargo no hay decisiones institucionales de ningún gobierno, pasando por los Ministerios de Salud nacional y de las provincias”.

El panorama de Chaco
“Lo de Chaco es gravísimo. Había aterrizajes de avionetas provenientes de Bolivia, en la zona del sudoeste chaqueño que es sojera, con una autonomía de vuelos aproximado de 400 kilómetros; pero ahora ya no es necesario que aterricen en esa zona y lo están haciendo en la franja de 100 kilómetros en el límite entre Chaco y Santiago del Estero donde se trasladó parte de la soja que se cultivaba en el sudoeste chaqueño y también se fue el algodón”, describió.

Afirmó que “Santiago del Estero está construyendo su fisonomía de territorio del narcotráfico al igual que Formosa, y es un fenómeno creciente que se ha fortalecido en los últimos cinco años” y puntualmente en Chaco “en la zona de El Impenetrable es gravísima la situación porque la ruta del narcotráfico, del tráfico de armas, del contrabando, del dengue, del zika es Bolivia; Orán en la provincia de Salta; Juárez en la provincia de Formosa y Sauzalito en la provincia de Chaco. Y el punto tripartito entre Formosa, Chaco y Salta que es Fortín Belgrano la droga entra por la calle principal como si fuera un contrabando más de cigarrillos, ropa o zapatillos”.

Agregó que “desde Potrillo (en Formosa), que es uno de los puntos estratégicos, también entra droga a la zona de El Impenetrable y desde Perico que se está transformando en la segunda Orán de Salta”.

Tras este panorama, a modo de resumen dijo que “el esquema es complejo y gravísimo, de alta organización y de mucha fidelidad interna, y con un desarrollo territorialmente cada vez más expansivo”.
La mexicanización de Argentina

A la hora de hacer una comparación con la situación que se vive en México, afirmó que “Rosario es epicentro y fue una punta de lanza muy importante donde se construyó una base operativa y territorial, con el boom económico de la soja, el puerto de San Lorenzo, el boom inmobiliario, que luego se fue trasladando a otras partes del país”.

Al respecto, reveló que “en Chaco hasta se vinculó al cartel de Sinaloa tratando de lavar dinero a través de algunas iglesias evangélicas, especialmente en Resistencia (ciudad capital de Chaco), donde también hay un boom inmobiliario extraordinario que se supone que es producto del lavado de plata de la soja negra y del contrabando”.
Especificó que “se produce el blanqueo de dinero a través de la simulación de arrendamientos y alquileres de departamentos”.

Ante este escenario lamentó que “no hay una respuesta y una organización o plan para combatir este flagelo que nos está arrastrando” y mencionó que “en el territorio donde todavía queda monte, en Salta, Formosa y Chaco, la metodología del tráfico terrestre se parece al de Colombia: se entrenan caballos para que vayan con el cargamento sin jinetes entre un punto y otro y van haciendo postas entre varios lugares”.

No obstante, concluyó que “la gran canaleta y la más enorme autopista de droga es la hidrovía, donde más del 90 por cientos de los buques son de la marina mercante paraguaya, que es bandera de conveniencia”.

“La cocaína que viene de Paraguay pasa de Bolivia, pero cuando de Bolivia pasa a Argentina atravesando el Bermejo por vía terrestre sale mil dólares del otro lado y termina en 3.000 dólares en el territorio salteño y cuando llega a los mercados de abasto ya cuesta 10.000 dólares, y después empieza el narcomenudeo. Por eso resulta más barato y menos riesgoso para los productores de cocaína de Bolivia pasar por la frontera seca entre Bolivia y Paraguay y meter enormes cargamentos a través de los buques mercantes de la marina paraguaya”, concluyó.

 

 

Fuente: Centro Nélson Mandela