CGT: Grandes gremios tejen alianzas con disidentes para bloquear un paro de Moyano

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La marcha a la Plaza de Mayo de la semana pasada y las represalias del Gobierno terminaron por definir dos grandes bloques en la CGT que sostendrán una pulseada definitiva en los próximos días. Los protagonistas serán Hugo Moyano y su entorno, responsable de aquella movilización y hoy visualizado como rival de la administración de Mauricio Macri, por un lado, y los «gordos» de los grandes gremios que comenzaron a tejer alianzas para resistir el plan beligerante del camionero y recomponer el vínculo con la Casa Rosada, por otro.

Será una puja silenciosa que tendrán ambos sectores hasta el 25 de septiembre, fecha prevista para la realización de un Comité Central Confederal (CCC) que tendrá como propósito fijar el día de un paro nacional, como anunció el triunviro Juan Carlos Schmid en el palco del acto como único orador. Pero incluso esa cumbre, que en la CGT denominan «parlamento de los trabajadores» está en duda por la negativa de los espacios más negociadores de convocarla por temor a ser arrastrados una vez más por Moyano a un conflicto.

La diplomacia de los «gordos» incluye un amplio abanico de dirigentes que forman parte de la vida interna de la central sindical pero también de los que se mantienen al margen. Por caso, ya hubo contactos con el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), un núcleo de gremios orientado por el taxista Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sasia, y hasta con la Corriente Federal de Sergio Palazzo, aunque no con el dirigente bancario, hoy asociado a Moyano. De los sectores internos la negociación será con los referentes de los principales sindicatos del transporte, en particular la UTA (colectiveros) y los maquinistas de trenes (La Fraternidad).

En esos espacios comparten la desconfianza -cuando no el odio- por Moyano y su entorno. Saben que el camionero trabaja para hegemonizar una vez más la CGT en un eventual reagrupamiento interno tras las elecciones de octubre, y que fue con ese objetivo que motorizó a través de su hijo mayor, Pablo, la marcha a la Plaza de Mayo y la convocatoria al CCC. Para hacerlo se sirvió del apoyo de Luis Barrionuevo, que lo hizo a través de Carlos Acuña, su representante en el triunvirato, y de Palazzo, constante impulsor de una radicalización (en el más amplio sentido de la palabra) de la central.

La estrategia de los «gordos», que tiene como cabeza visible al triunviro Héctor Daer (Sanidad), consiste en sumar masa crítica para ponerle un freno a esos avances en una próxima reunión de Consejo Directivo. En lo formal el llamado al CCC debería ser ratificado en esa instancia con la mayoría de los votos, algo que parece complicado para los aliados de Moyano. Sabedor de eso, el camionero instruyó a Schmid para que hiciese el anuncio de manera unilateral en la Plaza de Mayo. Debajo del palco -y disconformes con la movilización- lo escuchaban Daer, los metalúrgicos Antonio Caló y Francisco Gutiérrez, y el mercantil Armando Cavalieri, entre otros que participaron de la protesta de forma simbólica y al frente de módicas columnas de sus respectivos sindicatos.

A ese núcleo duro de rivales internos de Moyano los «gordos» buscan incorporar al MASA, que no forma parte del Consejo Directivo pero manifestó su intención de reincorporarse a la vida interna de la CGT y cuenta con sindicatos de mediano porte, a través de charlas que ya comenzaron con Viviani. En ese sector se destaca también el gremio de Luz y Fuerza. En tanto que el sindicato de mecánicos (SMATA), que se apresta a abandonar ese sello, también puede apoyar la postura más negociadora en desmedro de la hostilidad del camionero. Otro sector a seducir es la Corriente Federal, cuyo principal referente es Palazzo. El bancario, sin embargo, no será de la partida por su actual identificación con Moyano. En cambio se tendió un puente con el docente privado Horacio Ghilini (SADOP), que no comulga con la visión más confrontativa.

También dan por hecha la adhesión de Roberto Fernández (UTA), y eventualmente de Omar Maturano (La Fraternidad). El gran interrogante para el núcleo de conciliadores es la definición de los «independientes», un sector de grandes gremios cercano en general a los gobiernos. Como espacio de equilibrio terminó volcado a favor de la marcha de la semana pasada pero no necesariamente de un paro. El estatal Andrés Rodríguez (UPCN), que exhibió una inusual dureza y se mostró en el palco junto a Pablo Moyano, dejó de ser confiable para los «gordos» y la incertidumbre se expandió a los otros referentes del grupo, Gerardo Martínez (albañiles, UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).

Ámbito.