Se trata del chico que sufrió el impacto de un proyectil días atrás, cuando jugaba con un amigo. Luego de una semana bajo atención en el Hospital Pediátrico, los profesionales confirmaron que su vida no corre peligro y finalmente volvió a su casa.
El hecho afortunadamente no terminó en tragedia, y tanto el niño de 11 años como su familia volvieron a tener tranquilidad al conocer el informe de los médicos del Hospital Pediátrico Juan Pablo II.
Los doctores que atendieron al menor durante aproximadamente una semana comprobaron que la herida provocada por el disparo de un aire comprimido ya no afectará su salud y le dieron el alta.