Entre enero y abril de este año, Scotland Yard ya contabilizó 114 ataques de este tipo en la capital británica.
Las agresiones cometidas en Londres por individuos que, desde una moto, arrojan sustancias corrosivas a sus víctimas, generalmente para robarles, han proliferado en los últimos meses, sembrando inquietud y obligando a la Policía a modificar su plan de respuesta.
Los llamados “ataques con ácido“, generalmente perpetrados por jóvenes que, en muchos casos, acceden con facilidad al material tóxico en cualquier comercio, preocupan especialmente por los devastadores efectos físicos y psicológicos que dejan en los afectados, según los expertos.
De acuerdo con datos oficiales divulgados por la Policía Metropolitana (MET), el pasado año se registraron en la capital un total de 455 delitos de estas características, lo que representó un incremento del 74% con respecto a 2015.
Sólo una veintena de individuos fueron procesados por ellos.
Entre enero y abril de este año, Scotland Yard ya contabilizó 114 ataques de este tipo en Londres.
Para contener la amenaza, el cuerpo policial asignó a sus agentes un millar de “kits de respuesta” con los que lidiar in situ con incidentes que involucren sustancias químicas y socorrer con la mayor rapidez a las víctimas.
Los policías también recibieron asesoramiento médico adicional así como un vestuario especial, que emplearán a partir de este mes de agosto.
El superintendente adjunto de la MET, Mike West, expresaba al vespertino londinense “Evening Standard” su preocupación por el tipo de lesión que ocasionan estos ataques.
“Son heridas que cambian la vida. Si el volumen (de atracos con productos químicos) frente a los cometidos con cuchillos y pistolas es bajo, las heridas son sentencias de por vida para las víctimas”, lamentó.
Algunos expertos explican la proliferación de estos ataques en el hecho de que los agresores pertenecen a bandas delictivas que optan por usar esas sustancias porque el delito está menos penalizado que si emplearan armas.
La ministra británica de Interior, Amber Rudd, abogó por aumentar las penas de cárcel para este tipo de agresiones.
Las medidas para combatir estos delitos incluirían revisar su tipificación para que las sustancias usadas -como amoníaco, lejías o ácidos- puedan clasificarse como “armas peligrosas”, restringir su venta y dar más apoyo a las víctimas.
También el diputado por la circunscripción de East Ham, en Londres, Stephen Timms, hizo un llamamiento ante la Cámara de los Comunes a fin de que se refuerce la ley y se endurezcan las sentencias.
En Londres, los ataques con ácido se han más que duplicado entre 2014 y 2016. En otra zona muy afectada, la de West Midlands y Essex, han pasado de 340 a 843 casos en ese mismo periodo.
Dentro de la capital, los agentes detectaron un número tres veces mayor de este tipo de sucesos en el barrio de Newham, en el este -la zona en la que se erigió el Parque Olímpico en 2012-, con casi 400 casos denunciados de los 1.500 notificados por todo Londres en los últimos cinco años.
También los barrios de Barking y Dagenham registran abundantes sucesos de estas características mientras que las zonas más acaudaladas de Kensington y Chelsea cuentan con el nivel más bajo.
El caso más reciente fue registrado por Scotland Yard el lunes mismo, cuando un hombre de 47 años tuvo que ser hospitalizado después de que dos varones en moto le causaran heridas faciales al arrojarle un “líquido” todavía no identificado para robarle.
Hace una semana, dos chicos fueron víctimas de otro “ataque con ácido” en Bethnal Green (también en el este).
El pasado 13 de julio, un adolescente de 16 años fue detenido por su presunta implicación en cinco ataques con sustancias corrosivas.
EFE/La Capital.