México: cerca de 20 niños muertos y una decena atrapados bajo una escuela derrumbada por el terremeto

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A 30 metros se encuentran los restos de la escuela Enrique Rébsamen, que se derrumbó casi por completo por el sismo de magnitud 7,1 en la escala de Richter que, a pesar de tener su epicentro en Axochiapan, estado de Morelos, a 120 kilómetros de Ciudad de México, se sintió con fuerza este martes en la capital mexicana.El movimiento ocurrió a la hora de clases, pero mientras se evacuaban las aulas parte del edificio colapsó, justo en la ruta de salida en caso de una emergencia.
El secretario de información Aurelio Nuñose confirmó este miércoles en su cuenta de Twitter la muerte de 21 niños y cuatro adultos.
También escribió que 11 personas fueron rescatadas, mientras tres continúan desaparecidas -dos niños y un adulto.Hay confusión respecto a cuántos se encuentran bajo los escombros o no, ya que tras el movimiento telúrico muchos padres se llevaron a sus hijos a casa.

Mientras, los soldados se le acercan con dos médicos. Es difícil saber cómo se siente porque los gritos alrededor no cesan.
«¡Oxígeno!», piden los que se encuentran sobre los escombros de la escuela y el mensaje se repite desesperado por la cadena humana hasta el lugar donde termina un cerco militar y policíaco.
La ayuda se envía desde ese sitio, a dos calles del desastre. Pero mientras llega, los gritos desesperados no cesan, lo que aumenta la sensación de urgencia en el de por sí dramático escenario.

Las cifras del terremoto que sacudió el centro de México 
225 personas muertas

94 de los fallecidos estaban en Ciudad de México, el lugar con más víctimas fatales

7,1 fue la magnitud del terremoto

32 años se cumplía ese mismo día del devastador terremoto que dejó miles de muertos en México

12 días antes hubo un temblor de magnitud 8,1 en el sur del país que dejó al menos 90 muertos

Piedra por piedra

La tarea de sacar a los niños y maestros atrapados es para toda la noche pero no importa, dicen los voluntarios que, a unos 300 metros de la escuela colapsada, organizan y separan las provisiones que llevaron cientos de personas.
Por momentos es demasiado. «Ya no necesitamos agua. Se está derramando», dice Sofía, una de las voluntarias en el rescate.
Lo que sí es urgente, insiste, son los tanques de oxígeno, porque con ellos se ayuda a respirar a quienes están bajo los escombros.
Empieza el relevo de los voluntarios que llegaron en los primeros momentos. Salen cansados, la ropa cubierta de tierra.
Atrás de un primer grupo una veintena de soldados, policías y bomberos cargan una pesada viga de concreto. La sacaron a rastras desde el colegio Enrique Rébsamen.

Así son las maniobra: mover piedra a piedra mientras se sostienen con madera, losas, vigas, el techo de la escuela. Un descuido y puede venirse abajo.
Y entonces, el rescate, la reacción y apoyo de cientos de personas, sería inútil.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente y foto: BBC Mundo