Esta semana se realizará la segunda junta médica del caso para determinar si hubo mala praxis del cirujano, durante la operación a la que fue sometido el chico en octubre de 2016.“Yo no lo veía bien. Salió gritando, me decía ‘mamá ayudame, no puedo abrir los ojos’. Me apretaba las manos. La única respuesta que nos daban era que iba a quedar en terapia para un mayor cuidado. Les pedí a los médicos que le hicieran una tomografía pero me dijeron que no hacía falta. Algunas horas después empezó a tener hemorragias por la boca y la nariz”, sostuvo María Luna.
Su hijo era un niño sano y eso había quedado demostrado en los análisis prequirúrgicos. Asistía al Liceo Militar y soñaba con ejercer en la fuerza de grande.
“Le detectaron que tenía un infarto en la mitad del cerebro. El motivo podría ser un coágulo, pero no me dieron una explicación. Nos dieron dos posibilidades: descomprimir la mitad del cerebro o poner un catéter para medir la presión. La segunda era la más recomendable. Lo indujeron a un coma farmacológico y ya no pudo hablar más. Murió el 25 de octubre a las 6.30”. señaló la mamá de Matías.
“En vez de dar una explicación, les mandaron a la Policía. Los efectivos fueron quienes les dijeron que el niño había fallecido”, contó su abogada, Silvia Furque.
“Ya se hizo una junta médica. Los médicos dijeron que el acto quirúrgico estuvo bien, y que el niño falleció por ser obeso. No era obeso, pero si lo hubiera sido, ¿por qué lo operaron? Si no era algo de urgencia”, agregó.
En la junta de este lunes estarán los médicos Luis Alberto Pasteris (neurólogo infantil), Luciana Perseguino (anestesista), Gladys Correa (especialista en terapia intensiva), Alberto Pacheco (forense) y Juan Masaguer (neurólogo y perito de parte).