El presidente del Concejo Municipal de Resistencia se refirió a las protestas en la capital chaqueña y cuestionó el rol de ciertos dirigentes sociales por su estatus económico.
Gustavo Martínez brindó, recientemente, declaraciones que de seguro generarán polémica. Fue durante una entrevista concedida a un medio gráfico provincial, en la que expuso su visión sobre las constantes manifestaciones que se realizan en la Ciudad de Resistencia.
“La verdad que es una pena que la propia dirigencia de esos movimientos no comprenda que se trata de un mecanismo agotado”, dijo el presidente del Concejo Municipal capitalino a La Voz del Chaco.
En ese sentido, añadió: “antes veías un trabajador de los movimientos sociales esforzados que luchaba toda su vida y se le daba un reconocimiento. Hoy muchos de ellos poseen un mayor confort que algún profesional que terminó la facultad. Entonces allí existe una contradicción. Además ese método está perimido y la sociedad no lo acepta más. Uno puede comprender el dolor, pero no acepta la metodología. Le cuesta tanto al ciudadano poder salir adelante que llega un momento en el que dice ‘pará la mano’”.
También consideró que las medidas de fuerza complican a otros ciudadanos, como los comerciantes de diversos rubros.
“Tienen que pagar a Afip, Rentas, los servicios, el seguro. No es tan fácil poder mantener la actividad económica y en ese sentido creo que debe existir un principio de solidaridad. Creo que es un método que se terminó y que sirvió para un momento de crisis. Hoy la sociedad no tolera más el subsidio permanente, sin ninguna recuperación”, comentó.
“Puedo ayudar un tiempo pero luego hay que ver qué es lo que se puede hacer, porque ese dinero también le está costando a otro que también es humilde. No pensemos únicamente en el empresario, sino en los que somos trabajadores y todos los días la peleamos para que nuestros hijos estudien, progresen y un día puedan tener una casa. Eso tenemos que comprenderlo, porque sino la irracionalidad nos va a ganar”, agregó Martínez al respecto.
Por último, fue autocrítico y sentenció: “esta es una falla del Estado en las políticas y de los dirigentes, entre los cuales me incluyo, que no hemos tenido la capacidad de generar la docencia y la formación en las personas para que se comprenda que esto no es un regalo, o que por votar a tal o cual partido va a tener un beneficio sin hacer nada. Creo que en eso la política también se distorsionó bastante”.