La primera vez que uno viaja a Japón se da cuenta de lo diferente que hacen las cosas en su cultura. No sólo las calles de sus ciudades no suelen tener nombres, cuando vas a cruzar la calle, los semáforos no tienen la luz verde internacional que indica avanzar. Una pista: tiene que ver con su lengua.
Los turistas que llegan a Tokio por primera vez se encontrarán un gran número de intersecciones para cruzar ciertas zonas. La cosa se pone más interesante cuando nos fijamos en los colores de las señales de tráfico: no suele haber verde y, en cambio, la gente cruza cuando el semáforo se pone en azul (o algo muy parecido al azul). Y no, no es una ilusión.
Lo normal en la mayor parte del mundo es que al conducir, el rojo sea parada y el verde avanzar. De hecho, es una constante tan fundamental que está tipificada en el derecho internacional bajo la Convención de Viena sobre Señales y Señales de Tránsito, ratificada por 74 países. Obviamente, no por Japón.
Históricamente, en el idioma japonés ha existido una superposición significativa en lo que se refiere a verde (midori) y azul (ao). En primer lugar, en la lengua japonesa no existía una palabra para el color verde hasta hace un milenio, cuando se introdujo “midori”. Hasta entonces, el verde y el azul eran el mismo color: el azul (ao). Sin embargo, esto no logró cambiar las costumbres, los japoneses evitaban utilizar el midori.
En este sentido, el azul –uno de los 4 colores tradicionales establecidos originalmente en el idioma japonés junto al rojo, negro y blanco- sería lo que en otras culturas describirían como verde.
Como en muchos idiomas, el verde en japonés se puede utilizar en referencia a algo nuevo o inexperto. Por ejemplo, mientras que en inglés a un empleado novato se le puede llamar “green” (verde), en japonés sería “aonisai”, lo que significa más o menos “azul de dos años de antigüedad”. Lo mismo ocurre con la verdura o las manzanas, para los japoneses son “azules”.
Por tanto, los semáforos se tratan de manera similar. En la literatura oficial y en la conversación, el semáforo “verde” se refiere como ao, en lugar de midori. Esto ocurre desde que los semáforos se introdujeron por primera vez en Japón en la década de 1930, una época en la que las señales de tráfico empleaban una clara luz verde, aunque la práctica común era hacer referencia a luces “azules”.
De hecho y para evitar males mayores, actualmente las leyes de tráfico japonesas requieren que los que buscan sacarse una licencia de conducir pasen un examen de la vista especificando, entre otras cosas, la capacidad de distinguir entre rojo, amarillo y azul.
También ha existido controversia. Con los años, este sistema refiriéndose oficialmente a las luces verdes como azules puso al gobierno japonés en una posición difícil. Los lingüistas discrepaban del uso continuo de “ao” por lo que era un color claramente verde. El país se enfrentó a cierta presión para cumplir con las costumbres del tráfico internacional con respecto a los semáforos.
¿Qué ocurrió? Que en 1973 se llegó a un consenso. El gobierno ordenó que los semáforos usasen la sombra más azul del verde posible, aún técnicamente verde, pero lo suficientemente azul como para seguir justificando el uso de la nomenclatura “ao”. De esta forma, mientras que el japonés moderno permite una delimitación clara entre el azul y el verde, el concepto del azul todavía abarca trazos del verde y sigue firmemente arraigado en la cultura y lengua japonesas.
Por cierto, en los últimos años ciudades como Tokio han comenzado a instalar algunas señales de tráfico que vienen equipadas con LEDs de color verde brillante.
Fuente y foto: Guizmodo [Wikipedia, AtlasObscura]