El aberrante caso sucedió el viernes pasado en el interior de Santiago del Estero. El homicida, identificado como Walter Aranda, había sido descubierto por su madre manoseando a la víctima y al ser increpado la mató con un hacha. Hizo lo mismo con uno de sus hermanos de 20 años e intentó suicidarse, pero la policía lo evitó y quedó detenido.
El doble crimen se produjo el viernes pasado cuando Aranda llegó a la casa de su madre, en el paraje La Ensenada, por la madrugada, después de haber tomado alcohol. Entró en la habitación donde dormía la hija de su hermana y empezó a manosearla.
Los ruidos despertaron a la madre de Aranda, Norma Gómez, de 62 años, que sorprendió a su hijo en pleno abuso y le recriminó sus acciones. El acusado inmediatamente fue a buscar un hacha y mató a su madre. Luego fue a buscar a su hermano, Julio Aranda, de 20 años, que se también había despertado, y también lo asesinó con el hacha.
En plena masacre la nena se escapó y recorrió unos cinco kilómetros hasta la casa de un vecino para contarle la terrible situación que había vivido. Los vecinos que la auxiliaron fueron hasta la comisaría 18° de Campo Gallo, a unos 75 kilómetros por caminos de tierra. La policía fue hasta la casa y encontró los cuerpos.
La coartada del agresor fue que desconocidos habían entrado a robar y que atacaron a sus familiares. Esta versión no convenció a los investigadores, menos cuando supieron lo que había llegado a contar la niña de 12 años. Al verse acorralado por las pruebas trató de ahorcarse, aunque los policías lo evitaron y lo trasladaron a la Seccional de Alberdi, donde sigue detenido y a disposición de la justicia.