Se detectó un ruido que se produjo el miércoles pasado, el mismo día que se registró la última comunicación. Los familiares, entre la desesperación y la fe. Se trata de horas decisivas, ya que los tripulantes podrían quedarse sin oxígeno.
El submarino ARA San Juan permanece desaparecido desde hace ocho días y los buques de rastrillaje se dirigieron hacia la zona donde se registró una anomalía hidroacústica. Aunque no se trata de una información oficializada por la Armada Nacional, ese ruido podría tratarse de una explosión.
Sin embargo, la búsqueda entró en una etapa más delicada, ya que a varios de su desaparición, la nave que transporta a los 44 tripulantes podría estar expuesto a bajas temperaturas y la merma de oxígeno. Es inminente, el rastrillaje en los próximo días.
En las últimas horas, la Armada Argentina investiga un ruido percibido el miércoles pasado, cuatro horas después de la última comunicación del submarino ARA San Juan, originado unas 30 millas náuticas (55,5 km) al norte de la última posición reportada por el capitán de la nave perdida en aguas del Atlántico sur.
“Investigamos un nuevo indicio, una anomalía hidroacústica percibida a las 11 del miércoles pasado”, dijo el vocero de la Armada, capitán de Navío Enrique Balbi, según quien se envió una solicitud en este sentido a agencias de los Estados Unidos especialmente dedicadas a analizar este tipo de ruidos.