El emprendimiento gastronómico se llama Resu ototo no shokuryohin, y está ubicado en las afueras de Tokio. Los platos no son para cualquiera, tanto por el precio como por la materia prima.
Quienes visitan el local, aseguran que la carne humana no tiene demasiadas diferencias con la de, por ejemplo, los cerdos que habitualmente uno puede conseguir en la carnicería del barrio.
Incluso un argentino que pasó por el recinto indicó que, para él, la única particularidad que encontró fue que la textura es más dura. Además reveló que los glúteos son lo más tierno del cuerpo humano cocinado.
Cabe mencionar que los precios de las preparaciones gourmet son abultados. Cuestan alrededor de 1200 euros, y se debe a que conseguir la materia prima no es algo sencillo: la carne debe ser donada por alguien que esté por morir, a quien le pagan alrededor de 30 mil euros siempre que cumpla con las indicaciones médicas correspondientes para no contaminarse. El dinero, posteriormente, es entregado a la familia.
Según una ley aprobada en Japón en 2014, el consumo de carne humana es legal pero los locales deben cumplir con las normas sanitarias establecidas, sobre todo respecto a la procedencia del producto.