El CEO de Clarín analizó la coyuntura política en el presente y el enfrentamiento entre el gobierno de Macri con los medios, la privatización del fútbol y la fusión de Cablevisión con Telecom. Además, abordó sobre la gestión de los Kirchner donde mantuvo una confrontación mediática. Aseguró que no se retirará como empresario.
El CEO del grupo Clarín, Héctor Magnetto, brindó un reportaje a Juan Manuel Compte para la Revista Apertura en donde repasó diversos temas tales como su enfrentamiento con los Kirchner (2003 – 2015), la relación actual de los medios con el gobierno de Mauricio Macri y de los negocios de holding que lidera con la fusión entre Cablevisión y Telecom.
A continuación, las 20 frases mas importantes de Magnetto en el reportaje para la revista:
En el gobierno actual hay una actitud distinta respecto a la gestión anterior. Me parece que las tensiones entre prensa y poder político no tienen que ser traumáticas. Si cualquier gobierno entendiera que los señalamientos periodísticos pueden ser un insumo para sintonizar con la opinión pública, para detectar desvíos, para ecualizar decisiones, creo que sería ganancia para todos.
El infantilismo económico y la irresponsabilidad fueron de los vicios más nocivos de los años pasados junto a niveles de corrupción alarmantes. Por ejemplo, con la idea de que había que cumplir con juicios internacionales, lo único que ganamos fue la hostilidad de jueces y países que podían tomar decisiones que nos afectaran. Lo mismo sucedió con la intervención del Indec, que hizo que nuestras cuentas dejaran de ser creíbles, con el cepo cambiario y con la crisis energética.
Es importante el trabajo realizado por el actual gobierno para que el país pudiera volver a los mercados internacionales, comerciales y financieros. También haber desarticulado medidas como el cepo o la intervención estadística.
En la primera etapa del actual gobierno, quizás no se ponderaron en toda su dimensión problemas económicos muy arraigados como la inercia inflacionaria, la dimensión y rigideces del déficit fiscal o la histórica subinversión.
La agenda de temas pendientes es amplia: va desde el impulso a la inversión hasta la educación y la competitividad. También el déficit, porque puede hacer insostenible todo lo demás. Cómo se lo baja es tan importante como a qué velocidad se lo hace.
La dicotomía entre gradualismo o shock es algo falsa. Los esfuerzos que demanda el proceso de normalización deben ser socialmente aceptables.
No veo que haya habido un clima negativo de los empresarios con el Gobierno. Las entidades han tenido un diálogo permanente con los distintos estamentos. Hay, eso sí, un tema más de fondo en el país: cierta desconfianza de años entre política y grupos de interés por los sucesivos fracasos, las promesas incumplidas, la débil representación empresaria, las conductas especulativas que, muchas veces, dominaron por sobre la inversión a largo plazo. Una cantidad de factores se agravaron con el kirchnerismo, pero no nacieron con él.
A la hora de tomar decisiones políticas, la sociedad privilegia su propia experiencia. Toma a los medios como insumo. Pero de ninguna manera los recibe de manera acrítica y tampoco son el factor determinante a la hora de tomar decisiones.
A ningún gobierno le gustan las críticas. El tema es cómo las procesa. Es bueno que esa relación transite por carriles menos patológicos que los de la década pasada.
Clarín no venció al kirchnerismo. Claramente fue la sociedad la que se cansó de un modelo sin perspectivas, que no daba respuestas virtuosas, en el que se habían degradado las variables económicas, sociales e institucionales. Un modelo que profundiza la decadencia.
El trabajo periodístico fue valioso para poner de manifiesto las incompetencias, abusos y desvíos más groseros. Pero la sociedad tiene sus tiempos. Así que diría que los factores están en este orden: primero, los graves errores cometidos por los propios gobernantes que, creyendo ir por todo, profundizaron las distorsiones; segundo, el cansancio de la sociedad, que veía que el país tomaba un rumbo con el que no se sentía identificada; y, recién, en tercer lugar, diría que están los que señalaron críticas y defendieron espacios de autonomía.
No queríamos sobrevivir a los Kirchner siendo otra cosa, resignando nuestro rol periodístico o nuestra autonomía. Ese era el objetivo del gobierno de entonces. Pudimos sostener ambas cosas. Obviamente, no fue gratis. Tuvimos costos económicos y personales importantes.
La penetración de Google y Facebook y su presencia en la vida cotidiana son indiscutibles. Para los medios, son herramientas poderosas para conectar de otro modo con la audiencia y llegar a nuevos públicos. Para ellas, creo que los medios somos una fuente importante de contenido, ya que la información y el entretenimiento están entre los principales intereses de los que navegan. El desafío es encontrar fórmulas «ganar-ganar» en el proceso.
Las plataformas digitales no reemplazan a los medios. Lo demuestran fenómenos como las noticias falsas en campañas electorales, el peso de las investigaciones periodísticas y tantas cosas más. Pero se nutren de los medios.
Las redes pueden ser útiles para multiplicar la difusión de los contenidos, pero no reemplazan a quienes los producen.
ablevisión, igual que el resto de los sistemas de TV paga del país, distribuye los partidos de fútbol, un contenido producido por terceros. Los titulares de los derechos son Fox y Turner. Ellas definen cómo es el producto, cuánto vale, cómo se comercializa.
La desactivación del juicio de TSC por la rescisión del 2009 fue una negociación realizada por estas empresas con Trisa. El Grupo Clarín es uno de los socios de Trisa. El otro es TyC, cuyo accionista mayoritario es DirecTV. Para ambos distribuidores, la propuesta de Fox y Turner aseguraba sustentabilidad al proyecto.
La fusión entre Cablevisión y Telecom es un paso estratégico natural. Las personas quieren estar conectadas todo el tiempo y en cualquier lugar. Para eso, es imprescindible que existan redes convergentes y de última generación. Cablevisión necesitaba una red móvil y Telecom, una fija de alta velocidad.
En la década pasada, mantuvimos conversaciones con los dueños italianos. Pero por las razones que conté en el libro (Así lo viví, la obra donde relata el enfrentamiento con los Kirchner), no fue posible seguir avanzando.
Mi trabajo en Clarín nunca estuvo sujeto a la coyuntura política. Tampoco creo que mi retiro lo esté. Ya lo he dicho: cuando sienta que ya no aporto el valor suficiente, será el momento de dar un paso al costado.