A un año de su desaparición, ¿dónde está Maira Benítez? : Conmovedora carta de la madre de la joven

Sociedad

A un año de la desaparición de Maira Benítez, joven de 18 años de Villa Ángela que el 17 de diciembre salió de su casa y hasta el momento su paradero es una verdadera incertidumbre. Promesas cumplidas, una justicia que no acompaña e interminable marchas en pedido para que la joven aparezca sana y salva, incluso el mismo gobierno provincial había anunciado una recompensa de medio millón de pesos a quien aporte datos concretos sobre Maira, pero parece no alcanzar.

Ante esta escena lamentable y de gran hermetismo, dolor y tristeza, su madre Antonia Leiva hizo pública una conmovedora carta donde asegura «no parar hasta encontrar sana y salva a Maira».

 

Carta  de Antonia Leiva:

Maira no es la primera desaparecida del Chaco, tal vez lo sea de Villa Ángela, no lo sé, pero no es una buena imagen para nuestra ciudad tener una villangelense desaparecida durante un año. Que se cumpla un año de la desaparición de mi hija no es un aniversario común y deja a una persona perpleja sobre cómo reaccionar. Uno no sabe qué hacer. Deposité todas mis esperanzas en que este día nunca llegaría, que Maira aparecería por el accionar de la justicia, por el accionar de las movilizaciones, por mi lucha. Nada de eso ha pasado. Toda mi confianza, fe y esperanza se desvaneció con el correr del tiempo, con la experiencia de enfrentarme a las infamias del ex juez Eduardo Costas y del colegio de abogados local, a las falsas pistas que sembraban confusión, a las promesas incumplidas del gobierno, y a la incompetencia y encubrimiento de la justicia local, principalmente de quien dirigió la investigación en un primera instancia, el fiscal Sergio Ríos.

Toda esta experiencia me lleva a pensar sobre los nuevos movimientos de la justicia porque estos no son aniversarios deseables sino que son fechas en las que uno debe sacar fortaleza del presente para afrontar los desafíos del mañana. Por las idas y vueltas de los expedientes todo supone que buscan lavarse las manos para no tener que tocar cuestiones engorrosas para sus amigos como la “negligencia” del fiscal Ríos o la complicidad de Costas en el encubrimiento. Pruebas suficientes hay, los perros han identificado el rastro de Maira en ropa de Silva y en lugares que comprometen a Costas pero la justicia ha mirado para otro lado en lo que refiere a Costas y no quiere avanzar más con los detenidos, principalmente en el cambio de carátula. ¿No querrán que proscriba la causa y queden todos libres?

Con experiencias tan amargas uno espera siempre lo peor, más aún cuando se unen dos poderes, el económico comprando voluntades y la justicia moviendo influencia para que todo quede impune. Con el paso del tiempo uno confiere perspectiva y empieza a entender que un fiscal del prontuario y la experiencia de Sergio Ríos no dejaría cabo suelto. Es por eso que nunca encarceló a Noelia Ledesma, porque se puede quebrar más fácilmente y contar todo lo que sabe. No investigó a fondo a Costas porque lo hubiera comprometido aún más públicamente y éste hubiera arremetido con él y su prontuario. Cuando no pudieron conmigo, luego de intentar comprarme con favores de todo tipo, fueron por mi abogada, el colegio de abogados la atacó. Se generaron rumores constantes de su intencionalidad con la causa para desgastarla y que la abandonara, lo que me hubiera dejado legalmente sin representación y aislada.

 

Se intentó borrar todas las huellas posibles, por eso mismo se tardó cuarenta días en citar a Costas y más aún en allanar su propiedad, semejante el caso de la detención de los Cáceres, Catalino y su hijo quienes pudieron seguir borrando huellas mientras estaban libres.

En este fatídico aniversario he comprendido que el sistema judicial funciona a la perfección. Con plata y contactos te esconden a una persona, te arman un encubrimiento a la perfección, se hacen los distraídos pasándose la causa, y dejan que pase el tiempo para que la gente se olvide, uno se desgaste y abandone el pedido de justicia así ellos pueden pasar este mal trago que los expuso públicamente y seguir en el negocio de la coima, el soborno y el encubrimiento, total, como dijeron con casos de desaparición recientes y más resonantes: “desaparecidos hay todos los días”.

Mi hija puede ser una desaparecida más pero no quedará impune. Un año peleando por saber qué ha pasado con ella, un año rechazando sus ofrecimientos y peleando contra sus estrategias de desgaste me han dado la fortaleza para entender lo que está pasando y para seguir al frente de la búsqueda de justicia por mi hija. Esta lucha aún continúa.