Cónclave en la Casa Rosada: El oficialismo tiende puentes con el PJ postkirchnerista

Politica

Luego de la aprobación del paquete económico por el que tanto bregó el Gobierno mediante intensos contactos con la oposición dialoguista, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, recibió en su despacho a varios dirigentes del peronismo renovador con quienes repasó el vínculo del oficialismo con el PJ postkirchnerista.

Con la excusa de la gestión de obras públicas en los municipios, Frigerio y su vice Sebastián García De Luca, acompañados por Nicolás Massot, jefe de la bancada PRO de Diputados, recibieron al flamante presidente de PJ bonaerense e intendente de Merlo, Gustavo Menéndez; a Eduardo «Bali» Bucca, jefe comunal de Bolívar; Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora; Mariano Cascallares de Almirante Brown, y a Diego Bossio, diputado del Bloque Justicialista.

Menéndez estrenó traje de titular del PJ provincial con una muestra de diálogo genuino con el Gobierno, buscando un acercamiento con la finalidad de exponer una oposición «constructiva» que aunque tenga diferencias en los ejes de gestión esté abierta a debatir los temas estructurales, para marcar así una primera diferencia con su antecesor Fernando Espinoza, quien blande las banderas kirchneristas.

Para la nueva conducción del PJ y la mayoría de los intendentes que respaldan al «Tano» Menéndez y Fernando Gray (Esteban Echeverría) es importante mantener una línea directa con la Casa Rosada para promover las mejoras necesarias en sus distritos en beneficio de los vecinos, dejando de lado posturas políticas extremas.

En tal sentido, los intendentes hicieron hincapié en la marcha de las obras en sus partidos, y fundamentalmente en el avance del plan maestro de AySA en lo que hace a la ejecución de obras de agua potable y cloacas.

Por supuesto que los participantes del cónclave repasaron temas de la coyuntura política, de la que no escapó la nueva conformación del nuevo Congreso. Desde la Casa Rosada ven con agrado que los intendentes y dirigentes del peronismo se acerquen para encarar una agenda política y de gestión, mostrando entre ambas partes una «madurez institucional».

Los años pares suelen ser una buena oportunidad para el diálogo porque no están de por medio las tensiones propias de los procesos electorales. Evidentemente es un escenario en donde ambas partes tienen más para ganar que perder. Es que mientras el PJ bonaerense busca la reconstrucción al mantener vínculos con la Casa Rosada gana oxígeno para los bastiones peronistas, y como contrapartida el Gobierno consigue respaldo y votos en el Congreso para avanzar con su plan económico.

Habrá que ver hasta donde esta relación win-win progresa en 2018, mientras a medida que avance el año los dirigentes comenzarán a proyectar con lápiz un poco más fino el escenario de cara a las cruciales elecciones presidenciales de 2019.

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