Cristian y su hijo Agustín estaban utilizando el vehículo nuevo cuando fueron interceptados por delincuentes.
A Agustín, de 13 años, le gustan los cuatriciclos y le había pedido uno a su padre como regalo de Navidad. Cristian Bejarano hizo el esfuerzo y cumplió con el obsequio. Además, era una recompensa para el chico que había pasado de grado en la escuela con muy buenas calificaciones.
El último sábado habían decidido ir a probar el nuevo vehículo al costado de la Autopista Ricchieri a la altura de Ezeiza, lugar al que asistían habitualmente. Sin embargo, cuando Cristian estaba guardando el cuatriciclo en el trailer que tenía enganchado a su auto fueron interceptados por delincuentes.
Al parecer, en un principio la víctima le habría entregado las llaves. Pero la impotencia pudo más y el hombre de 34 años decidió seguir a los ladrones y hasta llegó a agarrar del cuello a uno de ellos mientras escapaban en un Volkswagen Bora negro.
No obstante, otro de los delincuentes apareció y le disparó tres tiros en la espalda. Falleció en el acto ante la mirada de su hijo mayor. Cristian, además de Agustín, tenía un bebé de dos meses junto a su pareja Alicia.