En el retorno de Cristina Kirchner al Senado hubo gritos de euforia, empujones y hasta codazos.
En el retorno de Cristina Kirchner al Senado hubo gritos de euforia, empujones y hasta codazos. La ex Presidente llegó a las 11 de la mañana y conmocionó a la gente que la esperaba sobre la calle Hipólito Yrigoyen, donde está una de las puertas laterales de acceso al Congreso de la Nación.
En el inicio de la sesión solicitó una cuestión de privilegio para hablar sobre el pedido judicial y político para tratar su desafuero, y apuntó contra el oficialismo. «Para tratar del pedido de desafuero no hace falta constituir ninguna Comisión (de Asuntos Constitucionales). Esta Cámara, con dos terceras partes, puede tratarlo».
Además, señaló: «Los fueros no son de los legisladores, sino del cuerpo, del parlamento. El cuerpo, a través de los fueros, quiere custodiar que la votación, la voluntad del cuerpo no sea alterada por elementos de la política. Entonces no pueden ser renunciados por ningún legislador».
«Siempre fui una senadora que sentada en esta banca dije lo que pensaba y hacía lo que decía. Trae problemas, es cierto, pero es el camino que uno elige», sostuvo la expresidenta.
Al hacer uso de una cuestión de privilegio, la líder de Unidad Ciudadana remarcó que «es notable cómo en su Gobierno, el oficialismo públicamente dice qué oposición quiere».
«Voy a discutir todo, señora presidenta. ¿Sabe por qué? Porque para eso me votaron. Es posible que al Presidente y al oficialismo no le guste el tipo de oposición que nosotros hacemos. Pero yo quiero decirle algo: a mi no me gusta el Gobierno que ustedes hacen. Pero no por eso van a dejar de ser Gobierno. No me gusta nada su Gobierno, pero los votaron y tienen que gobernar», lanzó.
Y agregó: «Esto de andar reclamando oposiciones de diseño no me parece acertado de las instituciones y fundamentalmente del derecho de representación que cada uno de nosotros tiene que ejercer»