Movimientos y organizaciones sociales se movilizaron contra las detenciones de referentes kirchneristas

Sociedad

Distintos sectores marcharon hoy a Plaza de Mayo, en repudio a las medidas que decidió el juez Claudio Bonadío.

La convocatoria coincidió con una nueva edición de la Marcha de la Resistencia, la actividad anual de las Madres de Plaza de Mayo en la que durante 24 horas -comenzó a las 15:30 del jueves y se extenderá hasta mañana a la misma hora-. Miles de personas continúan presentes en el lugar y se movilizan alrededor de la Pirámide de Mayo, en la emblemática zona del casco histórico de Buenos Aires, frente a la Casa Rosada, sede del Gobierno nacional.

«A todos los que voten estas leyes de mierda los va a juzgar el pueblo en la plaza. No vamos a dejar sola a Cristina ni un minuto. Vamos a estar donde hay que estar», dijo Hebe de Bonafini en su discurso en la Plaza de Mayo, y agregó. «Vamos a marchar toda la noche y ustedes son nuestras piernas. Es un honor pelear por nuestros hijos que dieron la vida por nuestra Patria»

Los dirigentes que llamaron a marchar dijeron que no se puede admitir que en democracia haya «presos sin condena» y plantearon que la ciudadanía debe exigir que se respete el Estado de Derecho.

El líder de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois, habló sobre las detenciones y los procesamientos de funcionarios kirchneristas ordenados por el juez Claudio Bonadio y llamó hoy temprano a marchar «contra la política de represión y la persecución a opositores que impulsa el Gobierno».

Además de la CTEP, organizaciones como Barrios de Pie, el Evita, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Patria Grande, de Itaí Hagman, y la izquierda del FIT se movilizaron en el centro porteño.

El Frente Milagro Sala también convocó hoy a las 16 en Av. de mayo y 9 de julio y marcharon a Plaza de Mayo con la consigna: Libertad a todos los presos políticos de Argentina.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: La Nación.